UNICEF: Pakistán requiere ayuda inmediata ante el aumento de las familias en riesgo
Las inundaciones en Pakistán están cumpliendo las peores previsiones y se han desplazado a la zona meridional del país, provocando una situación de emergencia en la provincia de Sindh. Mientras tanto, las lluvias monzónicas torrenciales continúan cayendo en gran parte del país y han afectado hasta el momento a 14 millones de personas, incluidos 6 millones de niños, según las estimaciones de Naciones Unidas.
Además, las inundaciones se podrían agravar notablemente en los próximos días en la provincia de Sindh (ubicada en el sur del país), y pese a que cientos de miles de personas ya han recibido ayuda humanitaria, hay millones de personas que requieren urgentemente refugio, alimentos, agua y atención sanitaria.
"La vivienda es la necesidad más urgente, mientras que los alimentos, el agua y la salud también son críticos. En este momento tenemos que salvar vidas y crear refugios temporales para las 1,8 millones de personas que se han quedado sin hogar. Es una tarea enorme y no hemos llegado todavía. Una vez que hayamos conseguido esto, podemos empezar a pensar en la recuperación a largo plazo de las regiones de Pakistán, que han sufrido una devastación generalizada ", afirmó Martin Mogwanja, Representante de UNICEF en Pakistán.
Desplazamiento de la población
La ciudad de Sukkur, uno de los municipios más grandes de la provincia de Sindh, que se encuentra a orillas del río Indo, se encuentra en una situación preocupante por las inundaciones.
Miles de habitantes del distrito ya han sido evacuados de los terrenos más bajos. Pero muchas familias desplazadas no saben que el Gobierno ha establecido campamentos de refugiados o no tienen manera de llegar a ellos, y se han instalado en terrenos más elevados a campo abierto. En general, estos sitios carecen de servicios como agua potable, alimentos y suministros sanitarios y de higiene.
En esas condiciones, los niños son particularmente vulnerables a las enfermedades transmisibles por el agua y a otras amenazas para su salud.
Además, si el nivel del agua llega a un punto crítico, las autoridades de Sukkur se verán obligadas a abrir una brecha o a destruir un dique o una presa para salvar la ciudad. Ahora bien, con esta medida, muchas aldeas pequeñas en las localidades de Sangrar, Salihpat y Ali Wahan podrían inundarse, con lo que para evitar riesgos, también se ha evacuado gran parte de la población de esas zonas.
Búsqueda de respuestas
En Sukkur, la escuela secundaria se ha transformado en un campamento de refugiados, donde se concentran 500 ocupantes, con rostros cansados e inexpresivos, que buscan una respuesta a su situación.
Noor Jehan, una mujer de la aldea de Unar Goth, en el distrito de Shikarpur, sostiene en brazos a su hijo de 15 meses. Jehan sufre los efectos del trauma y la fatiga tras la huida de su aldea y explica su historia: "Estaba cuidando las cabras cuando llegó mi cuñado corriendo y nos dijo que debíamos evacuar de inmediato la casa porque la crecida del río iba a inundar nuestra aldea al caer la noche", explica Jehan. "Fue una situación caótica. No sé cómo logramos enganchar el asno al carro, cargar nuestra pocas pertenencias, montarnos nosotros y emprender la huida hacia Sukkur".
No obstante, su marido y su hermano, explica con preocupación, se quedaron para proteger "nuestras cabras y nuestra vaca, que son nuestras únicas fuentes de ingresos". "Para los demás miembros de la familia, el viaje fue una verdadera agonía", añade. "Tras viajar un día y una noche, por fin llegamos aquí, aunque no sabemos qué sucederá ahora".
Las autoridades municipales de Sukkur han instalado una clínica médica en una escuela, y UNICEF colabora con el departamento de salud de la región para restablecer los servicios de inmunización. En la clínica hay un vacunador que inmuniza a niños menores de 15 años contra el sarampión y les entrega suplementos de vitamina A, que les ayudarán a aumentar su resistencia a varias enfermedades.