UNICEF RECUERDA QUE EL EMPLEO DE NIÑOS Y NIÑAS EN EL SERVICIO DOMÉSTICO ES UNA FORMA OCULTA DE TRABAJO INFANTIL Y EN OCASIONES DE EXPLOTACIÓN

Millones de niños y niñas se exponen al abuso, la explotación y el tráfico infantil, según la organización

El empleo generalizado de niños y niñas en el servicio doméstico es una de las formas más ocultas de trabajo infantil y deja a millones de niños y niñas, sobre todo a estas últimas, en riesgo de abuso sexual, explotación y tráfico, dice UNICEF.

“Millones de niñas se encuentran atrapadas en trabajos mal pagados como empleadas domésticas. No sólo estos niños y niñas se sienten forzados a trabajar demasiadas horas en un trabajo que puede ser duro y extenuante, sino que además corren un creciente riesgo de abuso sexual y de caer en las redes del tráfico infantil dentro y fuera de las fronteras”, dice la Directora Ejecutiva de UNICEF, Carol Bellamy,en el marco del Día Mundial contra el Trabajo Infantil.

Los niños y niñas que trabajan como empleadas domésticas son vistos como algo familiar en la mayoría de los países en desarrollo, donde otros muchos niños y niñas trabajan fuera del hogar para ganar dinero y complementar la renta familiar cuando apenas cuentan con cinco años de edad.

“Niñas que deberían estar en una guardería están trabajando de 16 a 18 horas al día, siete días a la semana. Privadas de la educación y del juego, estas niñas a menudo ven ignoradas sus necesidades básicas de salud y nutrición y su bienestar depende completamente de los deseos de las personas que les emplean”, dice Bellamy.

Cinco millones de trabajadores domésticos en Asia

Se desconoce la cifra total de trabajadores domésticos infantiles en el mundo, pero sí se sabe que la mayoría son niñas. Se estima que hay cinco millones de niños/as trabajadores domésticos en Asia del Sur. Las encuestas indican que en la India uno de cada cinco niños menores de 14 años trabaja en el servicio doméstico fuera de su hogar y que en Bangladesh, alrededor de 300.000 trabajan solamente en Dhaka, la capital.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que hay 559.000 niños y niñas trabajadores domésticos en Brasil, 250.000 en Haití, 200.000 en Kenia y aproximadamente 700.000 en Indonesia.

Los niños y niñas que trabajan en el servicio doméstico por lo general nunca han asistido a la escuela o no consiguen terminar su escolarización. Su aislamiento social les excluye también del acceso a servicios médicos comunitarios y de oportunidades de recreación. “Estamos hablando de niños y niñas que en vez de comenzar cada día en la escuela se levantan cuando todavía no ha amanecido y trabajan duramente hasta que se hace de noche en condiciones similares a las de la esclavitud. No se trata de un empleo legítimo. Ni tampoco es una infancia que ninguna niño o niña deba soportar”, comenta Bellamy.

Las actividades para abordar la cuestión del trabajo infantil deben considerar a los niños y niñas que trabajan en el servicio doméstico y asegurarse de que se salvaguarden sus derechos a la educación, a un desarrollo sano y a una niñez protegida. “Para garantizar a los niños y niñas un entorno protector, los gobiernos deben comprometerse a protegerlos mediante la promulgación y aplicación de leyes que castiguen a quienes les explotan. Además, sus comunidades deben ser conscientes de los riegos que enfrenta la infancia en este tipo de situaciones”, agregó Bellamy.