“Helados, enfermos y traumatizados”: la pesadilla continúa para los niños y niñas de Gaza

Palabras de Rosalia Bollen, portavoz de UNICEF, en el Palacio de las Naciones de Ginebra

Niños en el campo de refugiados de Yenín observando los refugios destruidos tras las recientes operaciones militarizadas.

Declaraciones en vídeo de Rosalia Bollen 
Imágenes de recurso de la situación de la infancia en Gaza

AMÁN/GINEBRA, 20 de diciembre de 2024 – “Los niños y niñas de Gaza tienen frío, están enfermos y traumatizados. El hambre y la desnutrición, y las terribles condiciones de vida en general, siguen poniendo en peligro sus vidas. En estos momentos, más del 96% de las mujeres y niños de Gaza no pueden cubrir sus necesidades nutricionales básicas. La mayoría sobrevive a base de harina, lentejas, pasta y alimentos enlatados racionados, una dieta que compromete lentamente su salud.

En noviembre entró en Gaza una media de 65 camiones cargados de ayuda, frente a los 500 camiones diarios que entraban antes de la guerra, y cuando Gaza aún tenía capacidad interna de producción de alimentos. La parte más septentrional de la franja lleva 75 días bajo un asedio casi total. La ayuda humanitaria lleva más de 10 semanas sin poder llegar a los niños y niñas que la necesitan.

Gaza es uno de los lugares más desgarradores del planeta para los trabajadores humanitarios. Cada pequeño esfuerzo por salvar la vida de un niño queda anulado por la feroz devastación. La infancia lleva catorce meses al límite e inmersa en una pesadilla, con más de 14.500 niños y niñas muertos y miles de heridos.

La semana pasada conocí a Saad, de cinco años. Perdió la vista en un bombardeo y sufrió heridas en la cabeza y quemaduras. Cuando hablé con él esta semana, me dijo: “mis ojos se fueron al cielo antes que yo”. Mientras hablábamos, un avión pasó por encima de él. Se quedó paralizado, gritó y se agarró a su madre. Era insoportable ver a este niño, ciego desde hacía poco tiempo, en un estado de angustia tan profundo.

A medida que nos acercamos al final del año, una época en la que el mundo se esfuerza por celebrar la familia, la paz y la unión, en Gaza la realidad para más de un millón de niños y niñas es el miedo, la privación absoluta y un sufrimiento inimaginable.

La guerra contra la infancia en Gaza es un duro recordatorio de nuestra responsabilidad colectiva. Una generación entera está sufriendo la brutal violación de sus derechos y la destrucción de su futuro.

Las historias que he escuchado en los últimos meses me atormentarán para siempre. Permítanme compartir una: este verano conocimos a un niño, también llamado Saad, que tenía siete meses. El milagro de su madre tras años intentando concebir. Pesaba apenas 2,7 kilos a los 7 meses, mucho menos de lo que debería pesar un bebé de su edad. Hace once días, su frágil cuerpo se rindió tras no recibir suficiente comida nutritiva. Nació en guerra y dejó este mundo sin tener la oportunidad de vivir en paz. No puedo ni empezar a imaginar la profundidad del sufrimiento de sus padres. El sufrimiento no es sólo físico. También es psicológico.

El invierno ha llegado a Gaza. Los niños y niñas tienen frío, están mojados y descalzos. Muchos todavía llevan ropa de verano. Sin gas para cocinar, muchos buscan entre los escombros restos de plástico para quemar. Las enfermedades hacen estragos en sus cuerpecitos, mientras los hospitales están desabastecidos y son atacados continuamente. La atención sanitaria está al límite: los hospitales carecen de medicinas, material sanitario y médicos. Esta situación se ve agravada por la persistencia de un apagón eléctrico casi total, que hace que los hospitales y otras infraestructuras críticas dependan totalmente de las escasas importaciones de combustible.

Hay cosas inmediatas que todos podemos hacer hoy para hacer la vida un poco más llevadera a estos niños y niñas.

Podemos hacer oír nuestra voz, utilizar nuestro capital político y nuestra influencia diplomática para presionar a favor de la evacuación de Gaza de los niños y niñas gravemente heridos y de sus padres para acceder a atención médica vital en Jerusalén Este o en cualquier otro lugar.

Mientras muchos de nosotros nos adentramos en las celebraciones de Navidad y Año Nuevo, rodeados de tantas cosas, dediquemos un momento a pensar en estos niños, que tienen tan poco y, sin embargo, siguen perdiendo más, día a día. Utilicen su poder e influencia para presionar a favor de un alto el fuego y de la entrada de ayuda a gran escala.

Cada día sin actuar roba otro día a los niños y niñas de Gaza. Cada retraso cuesta más vidas. Esta guerra debería tener toda nuestra atención. Los niños y niñas de Gaza no pueden esperar”.

Para colaborar con el trabajo de UNICEF en Gaza: www.unicef.es/colabora/unidos-por/unidos-por-gaza

Acerca de UNICEF
UNICEF trabaja en algunos de los lugares más difíciles para llegar a los niños y niñas más desfavorecidos del mundo. En 190 países y territorios, trabajamos para cada niño, en todas partes, cada día, para construir un mundo mejor para todos.

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Ildefonso González
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