Activista, refugiada siria y nuestra Embajadora de Buena Voluntad más joven: conoce a Muzoon
Quizás no te suena su nombre, pero con tal solo 20 años Muzoon figura en la lista de las 100 mujeres más influyentes e inspiradoras de 2017 de la BBC. Te invitamos a conocer su historia para que no puedas olvidarla.
27/06/2018
Tenía 14 años y estaba a punto de finalizar el curso. A Muzoon le encantaba su casa. Vivía en un hogar feliz junto a sus tres hermanos pequeños. La guerra en Siria había comenzado un año antes, pero en aquel tiempo los bombardeos en Daraa, su ciudad natal, eran insoportables. "Estaba muy asustada. No quería irme", dice cuando recuerda aquellos terribles momentos hace ya 6 años.
Sin embargo, como tantos otros millones de niños refugiados en el mundo, 30 para ser exactos, tuvo que dejarlo todo atrás para encontrar un lugar donde empezar de nuevo. No podían seguir allí porque su vida corría peligro. No había elección. Caminaron durante 3 horas hasta llegar a la frontera con Jordanía. Como era un viaje largo y peligroso, su padre les pidió que llevarán consigo solo lo más esencial. Ella cogió sus 9 libros favoritos.
Y todo cambió. Pasó de vivir en una casa a vivir en una tienda de campaña. De tener electricidad, internet y agua, a no tenerlas. De ir a la escuela con sus amigos a tener que luchar para recibir una educación. Pero lo consiguió, gracias a su tenacidad y su fuerza. Ahora tiene 20 años, estudia en Reino Unido, en Newcastle, y se ha convertido en una gran defensora del derecho a la educación de todos los niños y niñas refugiadas.
Escucharla te devuelve la esperanza en la humanidad y en el mundo. Es una líder. Una luchadora. Cuando le preguntan por su futuro, recuerda que siempre quiso ser periodista, incluso desde antes de que empezara la guerra. El año próximo empezará a estudiar Política y Relaciones Internacionales. Quiere formarse bien para ejercer un periodismo comprometido. Tiene por delante un futuro prometedor, pero su mayor sueño sigue siendo volver a Siria. Quizá por ello no deja de repetir las palabras Esperanza y Paz como si, a base de repetirlas, estuvieran más cerca de hacerse realidad.
Lo cierto es que ella sí que está llena de esperanza. Cuando habla de su tierra, de Siria, lo hace con pasión y admiración. Sus ojos se iluminan de una manera muy especial. Sabe que algún día la guerra acabará y volverá. Mientras tanto no piensa rendirse para defender el derecho a la educación y es capaz de e convencer a cualquiera de su poder transformador, incluso a la propia Angela Merkel, a quién pidió que protegiera a los niños refugiados en la pasada cumbre del G20 en Alemania.
Niños refugiados: mantener los sueños
Su activismo por la educación comenzó en Jordanía, cuando llegó como una refugiada más a los campamentos. Allí paso 3 años, antes de asentarse en Newcastle. Surgió de manera natural. Ella no quería renunciar a seguir yendo a la escuela y no quería que ningún niño o niña perdiera esa oportunidad, aunque estuvieran en el campo. Iba de tienda en tienda, para hablar con los padres de los niños que estaban en riesgo de matrimonio infantil o de comenzar a trabajar.
No he visto a nadie creer tan firmemente en el poder de la educación para cambiar la vida y el futuro de toda una generación, su generación. Aquella a la que algunos llaman la generación perdida y a los que ella contesta: "No estamos perdidos. No hemos perdido nuestro amor por aprender. No hemos perdido nuestra esperanza". Ella sabe que algún día la guerra acabará y los sirios volverán a vivir en paz. Esa es su mayor esperanza, y también la nuestra. Para entonces, los jóvenes sirios tienen que estar preparados para iniciar una nueva etapa.
Su nombre se ha convertido en sinónimo de educación. Allí donde llega Muzoon, la educación se convierte en una prioridad. Ella se encarga de animar y motivar a sus compañeros y compañeras sin vacilar. No hay duda de que su padre, el señor Rakan, tiene mucho que ver en todo esto. Es profesor y su familia viene de una larga tradición de maestros. La acompaña siempre y la da el impulso y el apoyo que necesita para seguir adelante sin flaquear.
El año pasado Muzoon se convirtió en la Embajadora de Buena Voluntad más joven de nuestra historia, y la primera con condición de refugiada. Ella, que recibió nuestro apoyo durante los 18 meses que vivió en el campamento de refugiados de Za'atari en Jordania, se siente ahora orgullosa de colaborar con UNICEF para hacer de altavoz de esos niños y luchar para que vayan a la escuela. Quiere que su historia sirva de inspiración para que los niños refugiados mantengan sus sueños.
Niños refugiados: lucho por tu derecho a la educación
En estos días, Muzoon está en Madrid para dejarnos su testimonio, acercarnos la realidad de una niña siria refugiada e inspirarnos para que seamos capaces de dar un futuro mejor a los niños y niñas refugiados que necesitan nuestro apoyo. "Son personas normales, que han pasado por unas circunstancias difíciles y necesitan todo nuestro apoyo", comenta siempre que la preguntan por la crisis de refugiados en Europa.
Cuando la conoces, una de las cosas que más te impresiona, además de la fuerza y la valentía que se esconden tras esa mirada tan dulce y limpia, es su empatía, su capacidad para conectar con la gente. Cuando supo que iba a viajar a España, una de las primeras cosas que hizo fue aprender algunas palabras en castellano, con las que sorprendió a todos cuando llegó al aeropuerto.
La misma empatía con la que se dirigió a los niños refugiados en Chad por el conflicto de Boko Haram para trasmitirles esperanza y animarles a estudiar: "Compañero refugiado, quiero que sepas que la vida va a mejorar. Puede parecer que todo es oscuro y desesperado, pero hay luz adelante. Eres mucho más fuerte de lo que piensas. Puedes sentir que nadie oirá jamás tu voz. Quiero que sepas que te oigo. Lucho por ti y por tu derecho a la educación. Nunca dejes de aprender y nunca dejes de soñar".
Así sea, Muzoon, que tú tampoco dejes nunca de soñar, de aprender y de sonreír.
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