La ayuda es la esperanza para las familias ucranianas
Así trabaja UNICEF para llegar a los más de siete millones de desplazados que sobreviven dentro del país y a los más de cuatro que ya han cruzado sus fronteras.
13/04/2022
El día en que un misil cayó sobre los centenares de civiles que esperaban en la estación de tren de Kramatorsk (ciudad en el este de Ucrania) causando la muerte a 57 personas - entre ellas varios niños - y dejando heridas a otro centenar, un equipo local de UNICEF se encontraba cerca.
En su caso no para escapar de la violencia creciente que sacude sin descanso al país, sino para asistir a sus víctimas y a las autoridades locales que las ayudan en un enclave estratégico que fue durante semanas la principal puerta de evacuación de civiles del Donbás ucraniano. De allí han salido parte de los 7,1 millones de desplazados internos que ya ha dejado esta guerra.
”Hoy temprano UNICEF descargó botiquines médicos y suministros de emergencia en Kramatorsk (…) Entregaba suministros vitales al departamento de salud regional, a un kilómetro de la estación de tren cuando ocurrió el ataque¨, dijo nuestro colega Murat Sahin, representante de UNICEF en el país, al poco de conocerse la última masacre del conflicto en Ucrania que, como todos, dura demasiado.
1.800 civiles se han quedado en el camino y 2400 han resultado heridos, según el último balance del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Civiles, especialmente niños, que ¨deben ser protegidos¨, añadió nuestro compañero Murat.
Todos, y cada uno de ellos, necesitan protección, educación, seguridad y ayuda no solo por parte de los equipos locales de UNICEF en el este de Ucrania, como el que aquel fatídico 8 de abril trabajaba tan cerca de la estación de Kramatorsk, sino también de manos de los desplegados en alguna de las cuatro oficinas que operan por todo el territorio (en Donetsk o Lugansk, Mariupol o Leópolis).
Suministros para un conflicto que puede empeorar
Un apoyo que desde UNICEF planeamos incrementar, tal y como señaló el director de Programas de Emergencia, Manuel Fontaine, en la última sesión informativa celebrada en el Consejo de Seguridad sobre la situación humanitaria en Ucrania.
”Estamos preposicionando más suministros en áreas del este donde tememos que el conflicto pueda empeorar. Se están estableciendo Centros SPILNO - espacios para familias desplazadas donde ofrecerles servicios de protección infantil, salud, educación, agua y saneamiento ̈.
Un apoyo especialmente necesario para quienes persiguen comenzar una nueva vida en otro lugar, empresa a la que UNICEF contribuye y contribuirá con transferencias de efectivo de las que se beneficiarán los integrantes de hasta 52.000 hogares. Una ayuda fundamental para aquellos que han perdido su hogar, o sufrido el bombardeo de hospitales, escuelas o infraestructuras en una destrucción constante que ya ha dejado a centenares de miles de niños y familias sin agua corriente ni servicios de saneamiento, un suministro de alimentos regular o atención médica esencial.
Por eso, hay que hacer más, y hacerlo en condiciones operativas de mayor seguridad. Si bien en Ucrania los equipos de UNICEF han logrado llegar a casi 600.000 personas con suministros médicos vitales a través de hospitales y casas de maternidad en lugares como Dnipro, Donetsk, Járkov, Odessa o Kiev, o proporcionado agua y suministros de higiene a casi 240.000 personas, ̈las hostilidades en curso nos impiden llegar a quienes más lo necesitan ̈, remarcó el director de Programas de Emergencia, Manuel Fontaine.
¨No es suficiente¨, añadió. Por eso hace falta más ayuda, y hacerla llegar con las garantías de seguridad que sí ofrecen países vecinos como Polonia, hasta hoy la principal puerta de entrada a la Unión Europea para los 2,5 millones de ucranianos que ya han cruzado sus fronteras en búsqueda de protección y paz. Refugiados con quienes se han desvivido locales y autoridades en un despliegue solidario abismal, inédito en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.
Espacios de protección en Polonia
Para apoyarles, UNICEF y ACNUR trabajan de la mano en ciudades polacas como Rzeszów, al sureste del país, donde ambas organizaciones disponen de instalaciones adonde ya han llegado toneladas de ayuda procedentes de Turquía o Copenhague (Dinamarca), ciudad que acoge el mayor almacén humanitario del mundo.
A caballo entre Rzeszów y Leópolis (Ucrania), donde UNICEF cuenta con varias instalaciones, trabaja el incansable logista Olivier Mulet, uno de los responsables de recibir y distribuir suministros entre las familias de refugiados en Polonia.
Tiendas, kits de higiene, mascarillas, ropa de invierno infantil, kits educativos, de educación temprana o las famosas ¨escuelas en una maleta¨, cajas metálicas que contienen lápices, blocs de notas, pizarras y todo lo necesario para que un profesor pueda seguir dando clase a 40 niños durante una guerra o desastre natural. ¨Aquí hay todo lo necesario para poder seguir aprendiendo aunque las condiciones sean adversas¨, explica Mulet.
Suministros que han sido distribuidos en los espacios de información y protección que UNICEF ha instalado en lugares como Medyka (en el distrito de Przemyśl), uno de los cuatro pasos fronterizos por donde los refugiados cruzan a pie desde Ucrania hasta Polonia, o en centros de registro como el recientemente establecido en Varsovia.
En la capital polaca UNICEF y ACNUR colaboran en este espacio de atención a las familias de refugiados que llegan al país, mayoritariamente formadas por mujeres y niños, los involuntarios protagonistas de una guerra que ya se acerca a los dos meses.
Por el momento, en Varsovia 10.000 personas - el 94% mujeres y niños - han sido registradas ante las autoridades polacas en los últimos quince días (700.000 desde el pasado 24 de febrero), lo que ofrecerá a quienes quieran quedarse en el país un primer acceso a un número de identificación estatal (PESEL), al servicio nacional de Salud o a otros recursos sociales del Estado polaco.
Recursos que resultan esenciales para cubrir, primero, sus necesidades básicas (protección, educación, agua o saneamiento, etc); y después, para facilitar su integración tanto en los sistemas estatales de Polonia como en los del resto de países vecinos (Moldavia, Rumania, Hungría, Eslovaquia, etc), donde UNICEF ya ha establecido siete ¨Puntos Azules¨ - espacios integrales de protección y asistencia psicológica - de los que ya se han beneficiado más de 25.000 refugiados.
Personas como Yana y su familia, quienes el pasado mes de marzo, y tras una angustiosa huída de varios días desde su hogar en la ciudad ucraniana de Kiev, encontraron en el punto que UNICEF desplegó en la frontera polaca de Medyka un primer refugio, un primer espacio de protección donde sentirse seguros en su periplo hacia su nuevo destino, Noruega. Allí intentarán olvidar la oscura impronta de la guerra, a la espera de poder regresar a su país natal, ¨el hogar que nunca tuvimos que abandonar¨.
Emergencia Ucrania.
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