11 consejos para hablar con un hijo adolescente
Cómo abordar vuestras conversaciones con empatía y comprensión.
© UNICEF/UN0217190/Shennawi
17/10/2022
Establecer una conexión con nuestros hijos o hijas adolescentes es la base de su bienestar mental y su aprendizaje social y emocional. Cuando queremos a alguien, nos interesamos por esa persona, sus pensamientos y sentimientos. A medida que nuestros hijos van creciendo, la forma de comunicarnos con ellos es una manera de mostrarles cariño y respeto.
Construye la relación
1. Muestra interés en lo que es importante para tu hijo o hija, para demostrarle que también te interesa.
2. Comparte cosas sobre ti mismo y encuentra formas de establecer conexiones e identificar intereses compartidos.
3. Pregúntale su opinión, puntos de vista y perspectivas para que puedas entender sus sentimientos.
4. Aprovecha la comunicación que tenías con tu hijo o hija cuando era más pequeño: la comunicación es importante desde la infancia hasta la edad adulta, y si hubo una buena comunicación, compartieron sentimientos y pensamientos, es más probable que esto continúe a medida que avanzan en la adolescencia.
Se un oyente activo
La escucha activa es importante cuando se interactúa con un hijo o hija. Un oyente activo es quien se muestra comprometido, amable, sin prejuicios y empático, incluso cuando (y especialmente cuando) no está de acuerdo con los puntos de vista de los demás.
Si bien algunas de las creencias y opiniones de los adolescentes pueden diferir de las nuestras, debemos respetar y valorar sus puntos de vista. Esto también les ayudará a respetar nuestros puntos de vista y opiniones.
Ser un oyente activo ayuda a los niños a sentirse escuchados, comprendidos, menos solos y más tranquilos. Por el contrario, si no escuchamos adecuadamente, corremos el riesgo de hacerles sentir que estamos ignorando sus preocupaciones e invalidando sus sentimientos. Esto puede hacer que se pongan a la defensiva, se sientan frustrados, solos o heridos en sus sentimientos.
5. Procura que tu lenguaje corporal demuestre atención. Mantener el contacto visual, asentir afirmativamente, una mirada de preocupación o sonrisas alentadoras, son pequeños gestos que les hacen saber que estás atento. Utiliza un lenguaje corporal natural y señales que hagan que tu hijo o hija te sienta presente, interesado y que realmente te preocupa. Aún cuando no uses palabras, puedes transmitir que estás escuchando y que lo que tu hijo adolescente está diciendo es importante para ti.
6. Hazle preguntas abiertas y aclaratorias para comprender mejor cómo se siente. Estas preguntas no tienen una respuesta correcta o incorrecta, simplemente ayudan a obtener información sobre lo que piensa. Por ejemplo, "¿podrías explicar lo que quieres decir con...", "¿por qué crees que te entristece cuando...", o "¿cómo crees que te hubieras sentido si..." Utiliza frases naturales para mostrar empatía.
7. Refleja lo que tu hijo está diciendo, reafirmando y parafraseando lo que te transmitió. Por ejemplo, podrías decir: "lo que me estás diciendo es que..." o "¿estoy en lo correcto al entender que sientes..."
8. Responde con afirmaciones positivas. Esos elogios inmediatos pueden ayudar a desarrollar la confianza y la autoestima de los adolescentes y alentarlos a continuar con esos mismos comportamientos. Por ejemplo, si tu hijo o hija comparte que se ha sentido muy estresado, podrías responder diciendo: "gracias por ser valiente y compartir cómo te sientes en este momento" o "puede ser difícil decirle a alguien cuando nos sentimos estresados. Estoy muy contento de que hayas compartido eso conmigo".
9. Valida lo que está expresando. Esto puede ayudarles a aceptar sus emociones y sentirse seguros para hablar. Por ejemplo, podrías decir: "es comprensible que te sientas enfadado en este momento, yo sentiría lo mismo", "gracias por compartir esto conmigo. Puede ser difícil compartir con los demás cuando estamos tristes" o "lamento que te sientas estresado. Yo también me sentiría así si estuviera en tu lugar. Veamos juntos si hay algo que podamos hacer".
10. A veces no es fácil para un adolescente hablar sobre lo que le preocupa, y es posible que no sepa qué decir. Está bien explicarle que estás ahí, preparado para hablar y escuchar en cualquier momento. No fuerces la conversación si no puede describir lo que le está pasando.
11. La comunicación no va solo de compartir dificultades o sentimientos difíciles. Es importante compartir también cosas divertidas, lo que fue bien durante el día, y encontrar oportunidades para reír y ser cariñosos de una manera cómoda para el adolescente. ¡Divertirse juntos y reír mucho es maravilloso para sentirse bien y fortalecer la relación!
Este artículo está basado en la Guía para maestros de UNICEF y la Organización Mundial de la Salud (en inglés).
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