Haití, escalada de violencia
El aumento de la violencia armada ha desencadenado una profunda crisis humanitaria y el número de niños y niñas desplazados se dispara hasta los 182.000.
La agitación política y social, la intensificación de la violencia armada, la extrema pobreza y los desastres naturales forman una combinación mortífera de amenazas que sigue poniendo en peligro la supervivencia, la seguridad y el bienestar de los niños y niñas haitianos.
En medio de los enfrentamientos, muchos niños y niñas mueren o resultan heridos, algunos incluso de camino a la escuela. Otros son reclutados a la fuerza o se unen a los grupos armados por pura desesperación.
Las comunidades viven aterrorizadas. Los niños y sus familias también se encuentran en una situación límite por la falta de acceso a agua potable, alimentos asequibles y a servicios básicos de salud y educación, a lo que se suma la reaparición del cólera y la malnutrición.
¿Qué está pasando en Haití
La violencia, sobre todo en la capital, Puerto Príncipe, es dramática y afecta principalmente a las personas más vulnerables; mujeres y niñas y niños de los barrios más deprimidos y con menor presencia del estado o controlados por las bandas. Como consecuencia de la violencia, más de 360.000 personas se han visto desplazadas en todo el país. De ellos, 182.000 son niños y niñas. Solo en la capital, han cerrado más de 900 escuelas en áreas controladas por los grupos armados.
El aumento exponencial de secuestros, violencia sexual, trata de personas y tráfico de armas ha ocasionado incluso que las embajadas y el personal no esencial de las Naciones Unidas haya tenido que abandonar ocasionalmente el país. En el primer semestre de 2024, ha comenzado el despliegue de una misión de seguridad multinacional aprobada por la ONU y liderada por Kenia, que deberá proveer durante los próximos meses de apoyo operacional a la Policía Nacional y facilitar también la entrega de ayuda humanitaria, la cual se ha visto muy perjudicada en las regiones controladas por los grupos armados.
Además de la violencia, a finales de 2022, surgía una nueva epidemia de cólera, que dificultaba aún más la situación sanitaria en el país. En marzo de 2024, se contabilizaban 79.411 casos sospechosos, 4.608 confirmados y 1.172 fallecimientos. Los grupos etarios más afectados por casos confirmados son las niñas y niños de 1 a 4 años (18,2 %) seguidas por las de 5 a 9 (14,6 %). Antes del inicio de la pandemia solo el 67% de la población haitiana contaba con acceso básico a servicios de agua, saneamiento e higiene lo que, junto con la violencia armada, agrava aún más la situación sanitaria.
El acceso a medicamentos, agua potable o servicios sanitarios y humanitarios se ha visto fuertemente restringido debido a la crisis de inseguridad. De hecho, 29.000 mujeres embarazadas y sus recién nacidos no recibirán la ayuda crítica que necesitan, especialmente si contraen el cólera, mientras que otras 10.000 complicaciones relacionadas con el embarazo pueden quedar desatendidas.
Haití se encuentra geográficamente en una zona de paso de huracanes y tormentas tropicales, el paso de estos fenómenos meteorológicos unido a los seísmos y las paupérrimas condiciones que presenta el país para enfrentar dichas catástrofes naturales agrava, aún más si cabe, la difícil situación haitiana.
Por último, UNICEF calcula que 5,5 millones de personas, de los cuales 3 millones son niños y niñas en todo Haití necesitarán ayuda humanitaria en 2024 debido a la escalada de violencia, la desnutrición, el resurgimiento del cólera y unos servicios básicos al borde del colapso.
Impacto humanitario en Haití
Haití, la nación más pobre de América, se encuentra inmersa en una profunda crisis humanitaria que se agudiza con el paso del tiempo. La violencia de las pandillas, las bandas armadas, la pobreza extrema, la falta de acceso a servicios básicos y la inestabilidad política configuran un panorama desolador para la población, especialmente para los niños, las niñas y las mujeres.
Las causas del desplazamiento son variadas e interrelacionadas:
- La violencia entre grupos armados en gran parte de la capital haitiana, los enfrentamientos con la policía y las extorsiones, obligan a las personas a huir de sus hogares.
- La crisis política en Haití ha generado un clima de inseguridad y ha debilitado las instituciones estatales, lo que dificulta la protección de la población civil.
- Haití es un país propenso a huracanes, terremotos e inundaciones, fenómenos climatológicos que causan daños a la infraestructura y obligan al desplazamiento a miles de personas.
Las consecuencias del desplazamiento son devastadoras. Las personas desplazadas pierden sus hogares, sus pertenencias y sus medios de vida. A menudo tienen dificultades para acceder a agua potable, alimentos, atención médica y educación. Son más vulnerables a la violencia sexual, la explotación y el reclutamiento por parte de las bandas armadas.
La situación actual es preocupante. El número de personas desplazadas ha aumentado considerablemente en los últimos años. A menudo viven en condiciones precarias en lugares improvisados como campamentos, albergues o casas de familiares. La falta de recursos y la inseguridad dificultan la entrega de asistencia humanitaria.
Es necesario encontrar soluciones duraderas para el desplazamiento interno en Haití. Se requiere fortalecer la seguridad pública y combatir la violencia de las pandillas para que las personas puedan regresar a sus hogares de forma segura. Es vital brindar asistencia humanitaria a las personas desplazadas para cubrir sus necesidades básicas de alimentación, agua, refugio y atención médica. A largo plazo, se necesitan soluciones como la construcción de viviendas seguras y la creación de oportunidades de empleo.
Los niños, niñas y las mujeres son los grupos más vulnerables en el contexto del desplazamiento interno en Haití. Más de 182.000 niños y niñas se encuentran en situación de desplazamiento, lo que les expone a riesgos específicos como la violencia, la explotación y el reclutamiento por parte de las bandas armadas. Además, las niñas son especialmente vulnerables a la violencia sexual y al matrimonio infantil.
Las mujeres también se enfrentan a una situación particular. A menudo son las responsables del cuidado de la familia en condiciones precarias y con acceso limitado a recursos. Las mujeres desplazadas son más propensas a sufrir violencia sexual y discriminación. Además, tienen dificultades para acceder a la atención médica, especialmente a la atención prenatal y obstétrica.
Es necesario implementar medidas para crear espacios seguros para ellos y brindarles acceso a la educación, la atención médica y la asistencia psicológica. Además, es fundamental combatir la violencia sexual y la discriminación contra las mujeres y las niñas. El desplazamiento interno en Haití es una crisis humanitaria que requiere una respuesta urgente y concertada por parte del gobierno haitiano y la comunidad internacional. La solidaridad y la acción conjunta son imprescindibles para aliviar el sufrimiento del pueblo haitiano y construir un futuro más justo y próspero para el país.
"Pensé que era el fin para mi"
Estremecen las palabras de Jean*, de 9 años, cuando cuenta cómo le afectó a él y a su familia la escalada de la violencia en Puerto Príncipe. De la noche a la mañana su vida cambió. Tuvieron que abandonar su hogar con unas pocas pertenencias y huir en busca de seguridad.
"Iba descalzo, tenía hambre y sed, pensé que era el fin para mi".
Afortunadamente encontraron refugio y gracias a UNICEF Jean participa en actividades recreativas que le ayudan a superar lo vivido. Su historia es también la de miles de niños y niñas en Haití, que ven cómo los parques infantiles, las escuelas y sus propias viviendas se transforman en zonas de guerra.
*Se ha cambiado el nombre por razones de seguridad.
Desafíos de Haití: perspectivas futuras
Haití se enfrenta a una serie de desafíos enormes, pero también hay motivos para la esperanza. La comunidad internacional tiene un papel relevante que desempeñar para ayudar al país a construir un futuro mejor.
- Esfuerzos de paz y reconciliación:
Es necesario un diálogo inclusivo entre todos los sectores de la sociedad haitiana para alcanzar un acuerdo de paz duradero. Además, se necesitan medidas para promover la reconciliación entre las diferentes comunidades y grupos que han sido divididos por la violencia y la polarización. Para ello, impera la necesidad de fortalecer las instituciones judiciales y policiales para que puedan garantizar la seguridad y el Estado de derecho.
- Proyectos de reconstrucción y desarrollo:
Se necesita una inversión significativa en infraestructura básica como carreteras, puentes, escuelas y hospitales. Algo que, además, crearía oportunidades de empleo y promovería el crecimiento económico sostenible. También es importante, en la reconstrucción del país, tener en cuenta las catástrofes naturales, proteger el medioambiente de la degradación y promover prácticas sostenibles.
- El papel de la comunidad internacional:
La comunidad internacional debe proporcionar apoyo financiero para los esfuerzos de paz promoviendo el diálogo, la reconstrucción y el desarrollo. Se necesita asistencia técnica para fortalecer las instituciones haitianas. Lo ideal sería un enfoque coordinado y a largo plazo por parte de la comunidad internacional para ayudar a Haití a superar sus desafíos.
El futuro de Haití está en juego. Con un compromiso firme y sostenido de la comunidad internacional, el pueblo haitiano puede construir un futuro más próspero, pacífico y justo para todos.
Respuesta de UNICEF
A pesar de la extrema inseguridad y de la inestabilidad del país, trabajamos para proteger a los niños y a sus familias y ofrecerles el apoyo vital que tanto necesitan. Nuestra labor incluye el apoyo a los servicios de nutrición y salud, la respuesta al brote de cólera, la promoción de entornos de aprendizaje seguros, el suministro de apoyo psicosocial y la ayuda para la recuperación y preparación para los casos de desastres.
UNICEF también otorga prioridad a las intervenciones de apoyo psicosocial para la infancia, como los servicios de protección para las víctimas de violencia de género, los menores no acompañados o separados de sus familias y los niños vinculados a los grupos armados, además de reforzar las redes comunitarias de protección de la infancia comunitarias. En 2024, seguiremos trabajando en una estrategia humanitaria centrada en la atención inmediata para salvar vidas:
- Facilitando servicios básicos de salud a 650.000 niños, niñas y mujeres.
- Dando acceso a medio millón de niños y niñas al sistema de educación no formal y también al sistema de educación temprana.
- Facilitando el acceso a agua potable a más de 880.000 personas.
- Posibilitando que más de 104.000 niños y niñas menores de 5 años reciban tratamiento contra la desnutrición aguda grave.
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