Niños y niñas migrantes en Canarias: evaluamos los retos a los que se enfrentan
Reclamamos una mayor protección e integración de estos niños a través de una Estrategia Nacional.
28/07/2021
Hay que tener razones de peso para lanzarse al mar rumbo a las Islas Canarias, una de las rutas más peligrosas del mundo que, además, entraña una dureza particular para los niños y niñas migrantes. Una travesía que deja recuerdos imborrables en forma de dolencias físicas y emocionales y que, aun así, casi 4.000 niños y niñas, desde 2019, se han atrevido a intentar, la mayoría de ellos solos.
En el último año y medio, la llegada de estos niños solos se ha incrementado considerablemente. La violencia en sus lugares de origen, la imposibilidad de encontrar un trabajo, no poder acceder a una educación o la falta de oportunidades, son algunas de las causas que les llevan a abandonar sus hogares para conseguir el sueño de una vida mejor. También la necesidad de ayudar a la familia que se queda esperando, como nos contaba un niño de Malí de 17 años: “quiero ayudar a quienes dejé atrás. Allí hay mucha pobreza”.
Actualmente, el sistema de protección de la infancia de las Islas Canarias acoge a unos 2.500 niños y niñas migrantes.
Un sistema de protección agotado y una respuesta inadecuada
La realidad de estos niños y niñas, una vez que llegan a España, es compleja. El sistema español aborda la atención de los niños y niñas migrantes no acompañados desde una perspectiva de protección, sin embargo, la falta de planificación y de recursos, así como de mecanismos que garanticen la corresponsabilidad en todo el territorio del país, hacen que esa respuesta no sea la más adecuada.
“El modo en que España ha estado actuando hasta ahora en las emergencias humanitarias migratorias está agotado. No estamos siendo capaces de responder a las necesidades de los niños y niñas que llegan afectados por una emergencia humanitaria migratoria”, asegura Sara Collantes, especialista en Migraciones de UNICEF España y miembro del equipo de investigación que se desplazó a las Islas Canarias para conocer de primera mano la situación de los niños y niñas migrantes no acompañados.
Durante el pasado mes de junio, nuestro equipo trabajó en Tenerife, Gran Canaria y Fuerteventura, para evaluar desde un enfoque de derechos de infancia la respuesta a esta dramática realidad. Visitaron veintiséis centros de protección de menores y otros dispositivos del Plan Canarias, entrevistando a autoridades, fiscalías, Policía Nacional, educadores y, también, a niños y niñas migrantes que nos mostraron cómo es su día a día en nuestro país.
El resultado de la investigación se plasmó en el informe Canarias: niños y niñas migrantes en una de las rutas más peligrosas del mundo, y revela que esta respuesta insuficiente no solo pone en riesgo a los niños sino que, a la vez, genera tensión en las instituciones, entidades y profesionales encargados de la protección de la infancia migrante.
Es necesario tomar medidas urgentes y de ámbito estatal
Según ha podido observar nuestro equipo de investigación en las Islas Canarias, los niños y niñas migrantes necesitan una protección total y efectiva y que garanticemos su plena integración social de manera urgente. Por ello, reclamamos la aprobación de la Estrategia Nacional para garantizar la Protección e Integración de los Niños y Niñas Migrantes No Acompañados de nuestro país.
Nuestro presidente, Gustavo Suárez Pertierra, señala que "necesitamos una política de contingencia de ámbito estatal que evite que el sistema de protección se sature y que permita dar atención individualizada y adecuada a la situación de cada niño y de cada niña”.
Con este fin, desde UNICEF España presentamos al Gobierno una propuesta de Modelo de Gestión de Contingencias Humanitarias Migratorias para la infancia migrante no acompañada que contempla diversas herramientas y mecanismos:
- Una coordinación adecuada entre instituciones públicas.
- Un Mecanismo Nacional de Derivación.
- Una Unidad de Respuesta Rápida a la Infancia en Emergencias.
- Una mayor agilidad de los procedimientos.
No estamos ante un problema local o regional, esta problemática tan grave no se puede abordar en solitario por las instituciones de los lugares donde ocurren las emergencias migratorias, en este caso Canarias, o como ocurrió a mediados de mayo, en Ceuta.
Como muestra el informe, en Canarias las autoridades autonómicas e insulares han realizado un gran esfuerzo para garantizar una acogida adecuada a los niños y niñas migrantes no acompañados; no obstante, sin una política de contingencia a nivel estatal, sin aumentar las capacidades de las instituciones que intervienen -como Policía Nacional, fiscalías, etc.- y sin traslados a la península, el sistema inevitablemente se satura y genera desprotección.
La pandemia empeora la situación de los niños y niñas
Los niños y niñas migrantes no acompañados se enfrentan a una variedad de problemas una vez que llegan a nuestro país. Uno de los más significativos es la falta de escolarización: la escuela cumple una función protectora insustituible para los niños y las niñas, que evita la exposición a situaciones de desprotección e incertidumbre.
La llegada de la pandemia de la COVID-19 ha empeorado la situación de los niños migrantes en las Islas, a principios de julio de este año solo había 416 niños y niñas menores de 16 años escolarizados en el curso 2020-2021; pero también ha ayudado a visibilizar otros aspectos claves para su integración, como el aumento de los riesgos sobre su salud física y mental o la violencia que se puede desencadenar por el deterioro de las condiciones en las que viven.
Ya en 2018, el Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas alertaba a España sobre la necesidad de garantizar una atención adecuada a la infancia migrante no acompañada. En aquella ocasión, dimos a conocer el estudio Los derechos de niños y niñas migrantes no acompañados en la frontera sur española, que recogía la situación en Andalucía, Ceuta y Melilla.
Con este segundo informe, desde UNICEF España queremos recordar que es urgente asegurar la protección de estos niños y niñas, porque solo así podremos conseguir que los niños y niñas migrantes no acompañados que llegan a España reciben el trato justo que se merecen y ven cumplidos y respetados sus derechos.
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