Coronavirus: no dejemos que los niños sean las víctimas ocultas
Sin una acción urgente, esta crisis de salud corre el riesgo de convertirse en una crisis de derechos de los derechos de los niños. Solo trabajando juntos, podemos mantener a millones de niñas y niños saludables, seguros y aprendiendo.
13/04/2020
No solo los niños y jóvenes están contrayendo el coronavirus. También figuran entre las víctimas que se están viendo más gravemente afectadas. El 99% de los niños menores de 18 años en todo el mundo (2.340 millones) viven en uno de los 186 países con alguna forma de restricción de movimiento debido al COVID-19, ha declarado nuestra directora ejecutiva, Henrietta Fore.
A menos que actuemos ya para abordar los impactos de la pandemia en los niños, los ecos del COVID-19 dañarán para siempre nuestro futuro común. Es nuestra responsabilidad prevenir el sufrimiento, salvar vidas y proteger la salud de cada niño.
En este momento, el incremento de las inversiones en educación, protección infantil, salud y nutrición, y agua y saneamiento, ayudará al mundo a reducir el daño causado por esta crisis y evitar futuras crisis.
Coronavirus: agenda global de acción
Esta semana hemos lanzado nuestra agenda global de acción para proteger a los niños más vulnerables del daño. La agenda tiene seis pilares.
- Mantener a los niños saludables. En salud, el COVID-19 tiene el potencial de desbordar a los sistemas de salud frágiles en los países de bajos y medianos ingresos y socavar muchos de los avances logrados en la supervivencia infantil, la salud, la nutrición y el desarrollo en las últimas décadas. Necesitamos actuar ahora para preservar y fortalecer los sistemas de salud y alimentación en todos los países del mundo.
- Llegar a los niños vulnerables con agua, saneamiento e higiene. Protegernos a nosotros mismos y a los demás, mediante prácticas adecuadas de lavado de manos e higiene, nunca ha sido tan importante. Asegurémonos de que cada hogar, escuela y centro de atención médica tenga los medios para un entorno higiénico y saludable.
- Mantener a los niños aprendiendo. Toda una generación de niños ha visto interrumpida su aprendizaje. Los cierres de escuelas a nivel nacional han interrumpido la educación de más de 1.570 millones de estudiantes, el 91% en todo el mundo. Redoblar nuestros compromisos con la educación y nuestras inversiones en ella nunca ha sido más urgente.
- Apoyar a las familias para cubrir sus necesidades y cuidar a sus hijos. El impacto socioeconómico de COVID-19 será más difícil para los niños más vulnerables del mundo. Los gobiernos deben ampliar las medidas de protección social: proporcionar redes de seguridad social y transferencias de efectivo, proteger empleos, trabajar con los empresarios para apoyar a los padres que trabajan y priorizar políticas de salud, cuidado, nutrición y educación.
- Proteger a los niños de la violencia, la explotación y el abuso. Los niños corren un mayor riesgo de explotación, violencia y abuso cuando las escuelas cierran, los servicios sociales se interrumpen y el movimiento está restringido. Es esencial un movimiento social para erradicar la violencia y el abuso de los niños, replicando el movimiento para erradicar la violencia experimentada por las mujeres. Cuanto antes se ponga en marcha, mejor será nuestro mundo.
- Proteger a los niños refugiados y migrantes, y a los afectados por el conflicto. Los niños y niñas que ya están viviendo crisis humanitarias tampoco deben ser olvidados durante la respuesta al COVID-19. Depende de la comunidad mundial unirse en apoyo de los niños más vulnerables, los que se separan de sus familias y hogares, para defender sus derechos y protegerlos de la propagación del virus.
Finalmente, defender a los niños en medio de esta crisis significa garantizar la disponibilidad y accesibilidad de suministros que salvan vidas, como medicamentos, vacunas, servicios sanitarios y educativos.
“Si bien durante este período de cierre estamos enfocados en la preocupación inmediata de mantenernos sanos a nosotros y a nuestros seres queridos, también debemos recordar a los millones de niños que corren el riesgo de convertirse en las víctimas olvidadas de esta pandemia. El aspecto que tendrá su mundo mañana, su futuro, en última instancia también es nuestra responsabilidad hoy”.