Crisis climática: ¿tenemos en cuenta las necesidades de los niños y niñas?
Solo un tercio de las políticas climáticas de los países abordan las prioridades para la infancia. Desde UNICEF participamos en la COP26 en nombre de los niños, pidiendo acciones significativas para proteger a las futuras generaciones.
03/11/2021
La 26º Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) se está celebrando estos días en Glasgow, Escocia. Allí se han reunido los líderes mundiales para abordar la lucha contra la crisis climática. Desde UNICEF tenemos un papel muy importante: estamos allí en nombre de todos los niños y niñas para pedir que se pongan en marcha las acciones necesarias para proteger a las futuras generaciones.
Un reciente informe de UNICEF revela que solo el 34% de las políticas climáticas nacionales tienen en cuenta a los niños y niñas, tan solo un tercio, el resto de las políticas que ponen en marcha los países para hacer frente a esta crisis que no deja de agravarse, no incluyen las prioridades y necesidades de los más jóvenes.
En las distintas sesiones de la COP26, "los líderes mundiales hacen muchas declaraciones en las que las palabras 'niños' y 'jóvenes' se han mencionado varias veces. Pero, a pesar de hablar del impacto de la crisis climática en los niños, muy pocos han convertido estas palabras en acciones significativas que realmente tengan en cuenta a los niños y niñas", cuenta desde Glasgow nuestro portavoz, Gautam Narasimhan.
Principales hallazgos del informe: promesas vacías
Hemos examinado las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC por sus siglas en inglés), que se actualizaron antes del inicio de la COP26. Los países que firmaron el Acuerdo de París presentan esta documentación en la que describen las medidas que se comprometen a tomar para cumplir con sus objetivos.
Esta información nos permitió comprobar que los países hablan con acierto de la inclusión de los niños y niñas en sus planes climáticos; sin embargo, sus promesas quedan vacías cuando vemos que de los 103 planes nacionales:
- Solo 35 -alrededor de un tercio- son sensibles a la infancia.
- Solo 1 de cada 5 hace referencia de manera significativa a los derechos de los niños y niñas o a la justicia y la equidad intergeneracionales.
- Solo el 12% ha afirmado que los niños y niñas participaron en el desarrollo de sus planes.
Desde UNICEF pedimos a los gobiernos:
1. Incrementar la inversión en adaptación y resiliencia climática
Los niños de las comunidades que menos han contribuido a las emisiones globales se enfrentarán a los mayores impactos del cambio climático. Son las comunidades en las que más crecerá la población infantil en las próximas décadas, y para estos niños, la reducción de las emisiones de CO2 llegará demasiado tarde, dado que llevará décadas que se note en el impacto climático que ya hemos provocado.
Es esencial desarrollar la resiliencia de los servicios sociales de los que dependen estos niños y niñas: el acceso a agua, salud y educación son fundamentales para reducir los riesgos a los que se enfrentarán.
2. Reducir las emisiones de gases de efecto invernadero
Es necesario que el compromiso apunte a una reducción más rápida y profunda. Los niños no pueden permitirse más retrasos.
3. Incluir a los jóvenes en todas las negociaciones y decisiones sobre el clima
Los niños y jóvenes no están bien representados en las políticas y los debates sobre el clima, a pesar de que son los más interesados en obtener soluciones sostenibles. Esto limita su capacidad para influir en las decisiones que son fundamentales para su futuro y no les ayuda a liderar el mundo que heredarán.
Por todo esto, pedimos a los países desarrollados que superen la promesa que hicieron en 2009 de movilizar 100.000 millones de dólares anuales para la financiación climática, hoy ya es evidente que esa cifra no es suficiente. Y, a la vez, insistimos en la reducción de emisiones en al menos un 45% para 2030 (en comparación con los niveles de 2010) para mantener el calentamiento a no más de 1,5 grados Celsius.
La COP26: una nueva oportunidad
Ya es sabido que el clima tiene un impacto enorme en la vida de las personas. En muchos lugares del mundo, las familias están enfrentando situaciones dramáticas producidas por las graves sequías e inundaciones, por la contaminación del aire o por la falta de agua. A esto se exponen casi todos los niños y niñas del planeta, aunque 1.000 millones viven con un peligro aún mayor por encontrarse en países de riesgo muy alto.
El cambio climático y las crisis relacionadas no afectan a todos por igual. Los niños sufren más que los adultos y los que viven en las comunidades más pobres soportan las mayores cargas.
Por todos ellos, la comunidad internacional tiene la enorme responsabilidad de acordar una hoja de ruta con medidas destinadas a prevenir los impactos más graves del cambio climático, para así convertir sus palabras en acciones de verdadero calado, que contribuyan a proteger las vidas de los niños y niñas más allá del sitio donde vivan.
Para todos, lo que queda de la COP26 es una gran oportunidad.