Hayat
huyó con sus padres, 5 hermanas y 1
hermano de la ciudad siria de Homs hace un año y dos
meses.
"En Siria me gustaba ir a la escuela y
estudiarlo todo", comenta. "Aquí no puedo ir,voy a clasesen la carpa donde
vivimos. Me gusta
dibujar y también ayudo a mi
madre. Limpiola casa y cocino un poco. Hago fattayer(pasteles).Extraño Siria
y mi escuela allí. Deseo volvery vivir como
antes, porque Siria es mejor que esto. Aquí todo es diferente.De vuelta a casa, mi padresolía llevarnos todas
las semanas a la playa y al parque ajugar con los
columpios. Pero aquí no podemos ir a ninguna
parte".
La madre de Hayat piensa a veces que elfuturo de sus hijas estáperdido. Ha intentado registrarlasen la escuela, pero existela barrera del idioma; en el aula, el Inglés esla lengua de instrucción y eso
supone un handicap
importante.Por otro
lado, el coste de la educaciónes otro impedimento.
El padre de Hayat lucha por encontrartrabajo y ganarse la
vida.
Yamama, su madre y su hermano mayor se fueron de su casa en Idlib,
también en Siria, hace tres años, al inicio de la
crisis.Ella
tiene otros tres hermanos y una hermana, y no ha visto a su padre
desde que huyó al extranjero. "Cuando llegamos
aquí no teníamos una tienda de campaña . Después de algún
tiempo, la tenemos",
cuenta.
Ella ha estado asistiendo a las actividades de educación no
formal con el apoyo de UNICEF y la ONG
Más allá, en una tienda de campaña en el
campamento.
"Mi escuela en Siria era agradable, tenía un profesor que era
realmente bueno y yo le gustaba mucho. Me
iba muy bien. Solía aprobar todos los exámenes y sacar la máxima
puntuación. Aquí voy a la escuela en una
tienda de campaña . En Siria mi escuela era un edificio con clases para los niños
grandes y clases para los pequeños. Pero no
importa si voy a la escuela en una tienda de campaña .Lo que importa es que voy a la escuela", dice
Yamama.
LAS NECESIDADES AUMENTAN
A medida que la crisis de Siria entra en su cuarto año, las
necesidades están aumentando a un ritmo cada vez más
urgente.
El crecimiento
y las oportunidades intelectuales de los
niños también seven amenazadas en medio
de la destrucciónde lasinfraestructuras
educativas.
El conflicto ha obligado a un número récord
de niños, casi2,3
millones, adejar de asistir a la escuela enSiria. Además,más del 60% delos 735.000 niños
refugiados en edad escolarno están
matriculados enlos países de
acogida, donde los sistemaseducativos se esfuerzan
para acomodar la afluencia de niños.
Se estima
que, a finales
de 2014, el número de refugiados haya aumentado
hasta los 4,1
millones , lo
que convertiría a la población siria en la mayor del
mundo en refugiados.
UNICEF une su voz a la de otras
organizaciones y personas para reclamar medidas
urgentes que pongan fin al drama de niños como el de
Yamama y Hamat.
Pedimos el fin de
la violencia y
un compromiso con
la paz y la reconciliación.
Si quieres sumarte a la petición, puedes
hacerlo aquí.