Damos abrigo a los niños sirios y generamos empleo para las mujeres
En UNICEF creamos soluciones para dar abrigo a los niños sirios y generar empleo local al mismo tiempo.
Por tercer año consecutivo, muchos niños de la región siria de Hasaka van a recibir la tan necesaria ropa de abrigo para afrontar el gélido invierno. Las organizaciones con las que trabajamos allí están produciendo kits de invierno que contienen abrigos, jerseys, pantalones, gorros, guantes, bufandas, calcetines y botas. Todo ello realizado con el algodón y la lana disponibles en la zona.
Ya se han producido más de 5.000 de estos kits de invierno para los niños iraquíes refugiados en el campamento de Al-Hol, en el noreste de Siria. Además se van a producir otros 5.000 kits para los niños de Kobane, en el Alepo rural.
Una de las cosas más efectivas de esta iniciativa es que, además de estar repartiendo ropa de abrigo para los niños, también estamos creando empleo para 100 mujeres. La mayoría de ellas han tenido que huir de sus casas en otras zonas del país a causa de la guerra y ahora se han convertido en el único sostén de sus familias. Estas son algunas de sus historias:
Mariam: cada libra cuenta
Mariam tuvo que huir de su casa con su marido y sus 4 hijos cuando la violencia estalló en Ibleb, en el norte de Siria, hace ya 6 años. Esta mujer de 40 años lleva 3 años trabajando en uno de los talleres de costura que apoyamos.
"Con los precios subiendo cada día, cada libra que gano aquí me ayuda a cubrir las necesidades de mis hijos: salud, educación, incluso comida", dice Mariam, que tiene un hijo que sufre osteoporosis.
"Cuando coso ropa de invierno para lo niños siento como si estuviera dando calor a mis propios hijos".
Kawthar: con el pensamiento en los niños
Kawthar salió de Alepo con su marido y sus 9 hijos ante el crecimiento exponencial de la violencia. La familia acabó asentándose en Qamishly, donde esta madre de 47 años consiguió un trabajo para comprar pan para los suyos.
"Solo mi hijo mayor tiene trabajo, pero es imposible que nuestra gran familia sobreviva solo con un salario, por eso decidí trabajar y compartir la carga con él", dice Kawthar.
"Te sientes bien sabiendo que tu trabajo ayuda a los niños desplazados y refugiados a mantenerse abrigados este invierno. Pienso en ellos siempre que yo misma tengo frío".
Rasha: combinando estudios y trabajo
Por las mañanas, Rasha estudia farmacia en la universidad. Después, esta chica de 19 años hace un turno en uno de los talleres que apoyamos. Rasha utiliza su salario para pagar sus clases, las medicinas de su madre y otras necesidades de sus hermanos.
"Me gusta trabajar aquí porque me permite conocer gente y emplear mi tiempo y energía en algo útil: sostenerme a mí y a mi familia", dice Rasha.
"También me hace muy feliz saber que un niño estará abrigado esta noche gracias a mi trabajo. Ojalá pudiera ver las caras de los niños cuando reciben la ropa", añade.
Si puedes, ayúdanos a seguir dando ayuda a los niños sirios. ¡Y recuerda que tu donativo también puede tener un impacto local muy importante!
Ayuda a los niños de Siria a recuperar su futuro
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