Día del Migrante: 400 niños han muerto este año en el Mediterráneo Central
En el Día Internacional del Migrante recordamos que unos 50 millones de niños están actualmente en tránsito en todo el mundo. ¡Nos necesitan!
2018 podría ser un año histórico para los niños migrantes si los países siguen buenas prácticas para garantizar su seguridad y bienestar.
Coincidiendo con el Día Internacional del Migrante, que se conmemora cada 18 de diciembre, UNICEF recuerda que unos 50 millones de niños están actualmente en tránsito en todo el mundo. Parte de esta migración es positiva, ya que se trata de niños y familias que migran de manera voluntaria y segura. Sin embargo, para millones de niños la experiencia migratoria no es voluntaria ni segura, sino plagada de peligros y riesgos.
Aproximadamente 28 millones de niños se han visto forzados a abandonar sus hogares debido a conflictos. En muchos casos, niños y familias sin rutas migratorias lo suficientemente seguras y estables no tienen más opción que recurrir a traficantes, redes de trata y rutas informales que ponen su seguridad en gran riesgo.
15.000 niños migrantes han llegado solos a Italia
Un ejemplo claro es la peligrosa ruta del Mediterráneo Central, que cubre el trayecto de Libia a Italia. Solo este año, cerca de 15.000 niños no acompañados han llegado a Italia por mar, en un viaje normalmente facilitado por los traficantes. En UNICEF estimamos que más de 400 niños han muerto desde principios de año tratando de hacer este viaje, mientras que miles han sufrido abuso, explotación, esclavitud y detenciones mientras atravesaban Libia.
"Para innumerables niños, la migración es segura y regular, y les ayuda a ellos, sus familias y sus comunidades a crecer y transformarse", explica el director de programas de UNICEF, Ted Chaiban. "Pero hay otra realidad, la de millones de niños para los cuales la migración, que ellos no han elegido, es muy peligrosa. La ruta del Mediterráneo Central es un caso concreto en el que miles de niños vulnerables arriesgan sus vidas cada año para llegar a Europa porque no hay rutas migratorias regulares y seguras disponibles para ellos".
El próximo año tendrán lugar las negociaciones y adopción del Pacto Mundial sobre las Migraciones, un acuerdo histórico sin precedentes que cubrirá todas las dimensiones de la migración internacional. Es el momento de que los países acuerden acciones para apoyar a los niños migrantes, en línea con la Declaración de Nueva York sobre Refugiados y Migrantes, y con la Convención sobre los Derechos del Niño.
Día del Migrante: buenas prácticas
En medio de las actuales negociaciones sobre la esencia del pacto, en UNICEF seguimos haciendo un llamamiento a los Estados miembros para que en el texto final incluyan los derechos, protección y bienestar de los niños desarraigados como compromisos centrales.
"La migración, especialmente para los niños, no tiene por qué ser peligrosa", asegura Chaiban. "Las políticas, prácticas y actitudes que ponen a los niños en riesgo pueden y deben cambiar. Y 2018 es el momento para hacerlo. El Pacto Mundial sobre las Migraciones es una oportunidad".
Muchos gobiernos locales, regionales y nacionales de todo el mundo ya han tomado medidas positivas para proteger y cuidar a los niños migrantes. Algunas de estas buenas prácticas, recogidas en nuestro informe Más allá de las fronteras, son:
- Invertir en sistemas nacionales de protección de la infancia fuertes e inclusivos, para proteger a los niños migrantes frente a la explotación y la violencia.
- Invertir para mejorar los recursos de acogida y promocionar alternativas a la detención, como las obligaciones de comparecer regularmente o el recurso a avalistas o garantes frente a las autoridades migratorias.
- Terminar con los obstáculos que dificultan la reunificación familiar o la dejan inaccesible para demasiados niños, como el uso de condiciones restrictivas en relación con los miembros reagrupables o requisitos económicos.
- Garantizar que en los retornos se presta en primer lugar atención a las personas (el niño y su interés superior, la madre, el padre) y que se diseñan medidas de reintegración que aborden sus necesidades y beneficien de forma estructural a sus comunidades de origen.
- Abrir centros de salud y educativos para los niños migrantes y garantizar que existe una separación clara entre las autoridades migratorias y los servicios públicos básicos para garantizar que todos los niños están escolarizados y sanos, y para garantizar el acceso a la justicia y la vivienda sin miedo de ser identificados, detenidos o expulsados.
- Mejorar las condiciones de transferencias de remesas, para que más niños puedan ir a la escuela o al médico.