Filipinas continúa su recuperación 2 años después del tifón Haiyan
Hace ya 2 años, el tifón Haiyan arrasó Filipinas llevándose todo a su paso. Fue uno de los tifones más potentes y más destructivos jamás registrados, con vientos que viajaban a cientos de kilómetros por hora. 14 millones de personas, entre las que se encontraban casi 6 millones de niños, sufrieron las consecuencias de este desastre natural.
Trabajar en la reconstrucción de Filipinas durante estos dos años ha sido una experiencia increíble para UNICEF. No solo para los compañeros que estuvieron en el terreno, sino para todos los que luchamos sin descanso para trasladar la situación de los niños tras el paso del Hayan al resto del mundo.
NUESTRA RESPUESTA TRAS EL TIFÓN HAiYAN EN FILIPINAS
Nuestra respuesta ante un desastre natural de estas características fue inmediata y se ha prolongado durante los dos últimos años gracias al apoyo de la comunidad local. Estos son algunos de los logros conseguidos gracias a todas las personas, socios, empresas e instituciones que apoyaron a UNICEF:
- Agua potable para más de 1,35 millones de personas.
- Vacunación de 1,78 millones de niños contra el sarampión.
- Material de aprendizaje para 625.000 niños.
- Apoyo psicológico para más de 58.000 niños.
Las necesidades de los niños guiaron y siguen guiando nuestro trabajo en Filipinas en todo momento. Los desastres naturales incrementan la vulnerabilidad de niños y niñas. Las emergencias aceleran el círculo vicioso de la pobreza y privan a los niños de sus derechos.
FILIPINAS: MUCHAS FAMILIAS SIGUEN DURMIENDO EN VIVIENDAS PROVISIONALES
A pesar de los grandes progresos conseguidos, en UNICEF seguimos muy preocupados por la situación de los niños. Muchas familias siguen durmiendo en viviendas provisionales, lejos de su hogar y de su antigua vida. El miedo a un nuevo tifón nunca les abandona.
Además, superar la pérdida de los seres queridos y la experiencia traumática que han vivido lleva mucho tiempo, especialmente para los niños. Una buena forma de procesar el impacto es la participación de niños y jóvenes en la preparación ante futuros desastres.
"Los niños y jóvenes pueden ser agentes del cambio y tienen mucho que decir sobre las decisiones que les afectan. Aunque sean los más vulnerables en momentos de emergencia, su voz y sus ideas pueden ayudar a las comunidades a estar mejor preparadas", dice Lotta Sylwander, representante de UNICEF en Filipinas.
Los logros conseguidos durantes estos 2 años no habrían sido posibles sin la ayuda de las personas, empresas e instituciones que apoyaron nuestra actuación de emergencia en Filipinas. ¡Gracias a todos por ayudarnos a proteger a los niños de Filipinas!