Las empresas ante los Objetivos de Desarrollo Sostenible
Representantes de todos los países del mundo se reunieron entre el 25 y el 27 de septiembre en la Asamblea General de Naciones Unidas para aprobar la Agenda 2030 y dar el pistoletazo de salida a una serie de cambios que definirán cómo será el mundo en 15 años.
Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y las 169 metas tratan de completar lo que los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) no alcanzaron y de estimular la acción de los gobiernos y el sector privado en los próximos 15 años en áreas muy importantes para todos los niños y niñas.
Se apuesta por poner fin a la mortalidad entre recién nacidos y menores de cinco años, por acabar con todas las formas de desnutrición, por proteger a todos los niños de la violencia, la explotación y el abuso; por erradicar el matrimonio infantil, la mutilación genital femenina y el trabajo infantil, y por garantizar que todos los niños y niñas accedan y permanezcan en el sistema educativo.
Desde UNICEF España creemos que la Agenda Post-2015 es de suma relevancia en nuestro país porque representa la nueva hoja de ruta que marcará la gobernanza global, y constituye un instrumento esencial para fortalecer el compromiso por el desarrollo sostenible y la protección de los derechos de todas personas, y en concreto, de todos los niños y niñas.
Y las empresas, ¿qué papel juegan ante los ODS?
La Agenda 2030 es una oportunidad histórica para que la comunidad internacional involucre al sector privado de forma definitiva en el dialogo de la sostenibilidad global y le otorgue el papel protagonista que se merece.
Las empresas podrán así alinear sus estrategias y actuaciones con los ODS, convirtiéndose en motores clave para la consecución de las metas propuestas y contribuyendo a generar mejores oportunidades y bienestar para todos los niños y niñas del mundo bajo la consigna de no dejar a nadie atrás.
Algo que las empresas deben tener claro es que invertir en infancia no es sólo justo, sino además inteligente. Los niños de hoy son los trabajadores y consumidores de mañana y cada euro invertido en mejorar la nutrición, el desarrollo o el entorno de un niño es una inversión en el futuro capital humano y desarrollo sostenible de las naciones, un valor que disminuye si las intervenciones se hacen pasada una cierta edad. También es fundamental que las empresas colaboren con los gobiernos creando alianzas público-privadas innovadoras que generen resultados positivos para la infancia.
El Pacto Mundial de Naciones Unidas, a través de las Redes Locales, ha realizado los primeros pasos necesarios para que las empresas desempeñen un rol clave. A través del ejercicio de mapeo a nivel internacional, se han identificado aquellos ejes sobre los cuales el sector privado puede tener impacto y consecuentemente aportar valor.
En España, el workshop de la Arquitectura para la Agenda Global de Desarrollo Post 2015 ha trasladado la agenda a las empresas nacionales, otorgándoles una primera aproximación de cómo contribuir a los ODS de una forma clara y concreta. Los próximos meses son decisivos de cara a dotar a las empresas de indicadores tangibles que puedan utilizar para guiar sus estrategias corporativas, consolidando la participación empresarial en la consecución de la futura agenda global.