Las escuelas ofrecen esperanza para los niños sirios refugiados en Jordania
Hanin, de 11 años, arregla con orgullo su trabajo artístico en la sala de estar. Sus dibujos de flores de colores brillantes reflejan tiempos más felices.
“Me gusta dibujar cosas que han sucedido en Siria porque así puedo expresar todo lo que tengo en mi corazón” dice. “Me gusta porque me recuerdan mi casa”.
El acceso a la educación
Hanin y su familia salieron de su casa en la ciudad sureña de
Deraa, Siria, hace 14 meses. Terminaron en un
apartamento en la bulliciosa ciudad de Irbid, en Jordania, al sur
de la frontera con Siria.
Seguir estudiando es la clave para el futuro de niños como
Hanin. El Ministerio de Educación, con el apoyo de UNICEF y la
financiación de la Unión Europea y Alemania, está proporcionandoeducación gratuita.
En las zonas donde se concentran las familias sirias,
las escuelas jordanas tienen doble turno para dar cabida a la gran
cantidad de niños sirios. UNICEF brinda apoyo a la
escolarización de más de 31.000 niños sirios en las comunidades de
acogida, aunque el número de niños en edad escolar es de
100.000.
“Los niños sirios tienen, como cualquier otro niño en el
mundo, el derecho a la educación”, dice la Representante de UNICEF
en Jordania, Michele Servadei. “Han sufrido trastornos profundos.
Para muchos de ellos, estar de vuelta en la escuela es un
signo de esperanza”. []
El padre de Hanin, Amar Abazeed, hace hincapié en la
importancia que continuar la escuela tiene para su hija y sus tres
hijos. “Lo más importante es que ellos terminen su educación”,
dice. “Algunos de los niños llevan fuera de la escuela un año o
dos. Si continúan sin recibir educación, la nueva generación será
analfabeta”.
Los voluntarios llegan a las comunidades sirias
Para las familias sirias que han vivido situaciones de
conflicto y desplazamiento, llegar a una ciudad extranjera puede
resultar una experiencia abrumadora. Uno de los desafíos es
informarse sobre los servicios que tienen a su alcance.
Una red de voluntarios creada por Save the
Children de Jordania, en colaboración con UNICEF, viaja de
puerta a puerta por las ciudades de todo el país para llegar a las
familias sirias y ayudar a matricular a los niños en la
escuela. También transmiten información sobre salud,
protección de los niños refugiados y otros servicios.
Raweeya Al Masaeed, una de las voluntarias, está motivada por
el apoyo que ella y los demás voluntarios han sido capaces de
proporcionar. “Cuando conectamos a las familias con la escuela”,
dice, “sólo ver los resultados y su utilidad me anima a venir al
día siguiente y hacer mi trabajo”.
Los voluntarios incluyen tanto jordanos como sirios, que a
menudo ofrecen información interna sobre los lugares donde se
encuentran las familias. En un mes, los voluntarios registraron con
éxito a 1.000 niños en las escuelas de Irbid.
Ampliar la cobertura depende de los fondos
En las comunidades urbanas de Jordania,
muchos niños sirios siguen buscando un lugar en un sistema
educativo saturado, y cada día llegan más. Pero proporcionar
espacio, maestros, libros e instalaciones es una tarea
costosa.
“La financiación, para nosotros, es un gran problema”, dice el
Sr. Servadei. “La educación es cara, el gobierno ya está
sobrecargado, por lo que UNICEF está financiando a los niños y
niñas sirios en las escuelas públicas.
“El problema radica en recibir los fondos a tiempo para
ampliar la operación”, añade.
En su escuela temporal, Hanin puede todavía centrarse al menos
en su sueño y en el futuro. “Cuando sea grande, quiero ser artista,
ya que es mi pasatiempo favorito”, dice.
“Cuando regrese a Siria, espero volver a ver a mis amigos, mi
escuela, mi casa y que todo se encuentre como lo dejé”.