Terremotos Siria y Turquía: ¡no los olvidamos!
Aunque ya no salen en las noticias, estos niños y niñas están sufriendo consecuencias dramáticas a cuatro meses de los terremotos.
Una niña con su muñeco en uno de los refugios temporales en Turquía después de los terremotos de febrero. © UNICEF/UN0835808/Kiliç
26/06/2023
Ya han pasado más de cuatro meses desde que se produjeron los terremotos de Siria y Turquía y la situación continúa siendo preocupante, sobre todo para los niños y niñas que aún requieren ayuda humanitaria urgente. Esta tragedia dejó a millones de familias sin acceso a los servicios más básicos para sobrevivir - agua, educación y atención médica- y aún hoy viven en el abismo.
Fueron testigo del derrumbe de toda una infraestructura, incluidos sus propios hogares, mientras huían del peligro. Hoy son desplazados internos que viven en refugios temporales a la espera de soluciones definitivas.
¡No los abandonamos!
Aunque ya apenas se habla en los medios de comunicación de la alarmante situación que viven los niños, niñas y sus familias después de los terremotos de Siria y Turquía, nosotros seguimos a su lado con el objetivo de que ninguno se quede atrás. Trabajamos desde el primer momento contrarreloj para salvar y proteger sus vidas.
Las necesidades de las poblaciones afectadas son enormes y los desafíos son muchos y complejos. Pero tenemos una gran experiencia en la respuesta a las emergencias más difíciles y eso nos permite desenvolvernos con eficiencia a la hora de llegar a cada niño y niña.
Tanto en Siria como en Turquía desplegamos equipos para atender las necesidades más urgentes de niños y familias, aunque cada país hace frente a circunstancias diferentes:
En Siria
En el noroeste de Siria, las familias reciben kits que distribuye UNICEF para atender las necesidades más urgentes. © UNICEF/UN0795111/English
Con 12 años de guerra a sus espaldas, los niños y niñas de Siria sufren una de las situaciones humanitarias más complicadas del mundo. Como si fuera poco, a esta crisis se superpone la emergencia de los terremotos que ha dejado a más de 3,7 millones de niños en condiciones desesperadas.
Actualmente, casi 2 millones de niños no tienen la posibilidad de ir a la escuela en las zonas afectadas por los terremotos. Su educación se vio interrumpida por los daños a las instalaciones y también porque las escuelas están sirviendo de refugio para muchas familias.
Este es un aspecto importante, porque la educación es un pilar en la vida de cualquier niño o niña. La escuela es clave porque allí los niños recuperan cierta sensación de normalidad después de una catástrofe, se encuentran con otros niños de su edad, juegan, aprenden, pero además es el sitio ideal para hacerles seguimiento, a través de controles médicos o nutricionales.
Desde UNICEF seguimos en el terreno proporcionando suministros esenciales para la supervivencia de millones de niños y niñas:
- Agua potable para cientos de miles de personas,
- Kits para la higiene que puedan prevenir la transmisión de enfermedades,
- Vacunas rutinarias para niños y niñas,
- Ayuda psicológica para 260.000 niños, niñas y cuidadores, para superar el trauma que ocasionan catástrofes como esta,
- Acceso a la educación formal e informal para 140.000 niños y niñas.
En estas circunstancias, también ponemos en marcha controles nutricionales para los niños, sobre todo para detectar los casos de desnutrición aguda. Y espacios que se pueden utilizar como centros educativos temporales, es una prioridad en nuestro trabajo que los niños y niñas vuelvan cuanto antes a la escuela.
En Turquía
Niños y niñas juegan en un espacio recreativo establecido por UNICEF. © UNICEF/UN0796135/English
En este país los niños y niñas también necesitan ayuda urgente. Bien entrado el mes de mayo, más de un millón y medio de personas continuaban alojadas en refugios informales o viviendo al lado de sus casas destruidas, en tiendas improvisadas, con acceso muy limitado a los servicios básicos de agua y saneamiento.
Desde UNICEF seguimos proporcionando suministros vitales, incluida la ayuda de dinero en efectivo que en los primeros momentos de la tragedia sirvió para aliviar las pesadas cargas familiares. También nos estamos ocupando del apoyo psicosocial tan necesario en estos momentos de inseguridad.
Nuestra ayuda también es financiera, para la reconstrucción de las escuelas, y apoyamos al Ministerio en la adopción de medidas temporales que faciliten la continuidad en la educación, como la habilitación de tiendas o aulas prefabricadas o las clases de recuperación.
En palabras de nuestra directora, Catherine Russell, "el camino hacia la recuperación es largo, y las familias requerirán nuestro continuo apoyo". Estas personas han perdido sus medios de vida y no tienen acceso a los servicios, lo que llevará a muchos niños y niñas a la pobreza.
¡No los vamos a dejar solos! y tú puedes ayudarnos a salvar las vidas de los niños y niñas afectados por los terremotos.