Los niños sirios luchan contra el frío sin apenas recursos
La guerra también se ha llevado la ropa de abrigo de los niños sirios. Descubre qué estamos haciendo para que puedan afrontar el duro invierno.
El invierno solía traer alegría y diversión para los niños y familias en Siria. Pero, después de 6 años de conflicto, los recuerdos de una infancia en familia calentándose alrededor de la estufa o jugando con la nieve llevando ropa de abrigo, se han olvidado por completo.
Seis años de guerra han cambiado cómo los niños entienden y sienten el invierno en Siria. Con la subida de los precios, la inflación, los desplazamientos y un 85% de la población que vive por debajo de la línea de la pobreza, el invierno solo añade dificultades a las familias.
"Ya no puedo jugar con la nieve porque no tengo ropa que me abrigue lo suficiente. Toda mi ropa de invierno estaba en nuestra casa, y esa casa la destruyeron las bombas" dice Mustafá, un niño de 10 años mientras camina con su hermano pequeño a la tienda de su familia en un campamento de Idlib, en el norte de Siria.
Para casi 1.000 personas de las zonas rurales en Hama e Idlib este campamento ha sido un hogar durante mucho tiempo. Dos tormentas golpearon la región el invierno pasado, haciendo la vida incluso más dura para los niños y familias que viven aquí sin ningún tipo de abrigo para protegerse del frío.
Niños sirios: luchando contra la nieve
En Quneitra, al sur de Siria, 400 familias desplazadas viven en un campamento temporal. Las tiendas, hechas de lonas de plástico, no logran sostenerse frente a las tormentas de nieve. "Cada invierno luchamos con los techos de las tiendas, que se caen sobre nuestras cabezas por la nieve" dice Abu Nour, que vive en el campamento con su mujer y sus 8 hijos. "Ayer, cuando el techo cayó de nuevo, nos refugiamos en la tienda de nuestros vecinos" añade mientras muestra el daño que la nieve derretida ha causado a sus pocas pertenencias.
Las familias han perdido sus recursos y sus fuentes de ingresos. Esto les fuerza a priorizar las necesidades básicas diarias, a veces con mucho dolor.
"Mis dos hijas se enferman todo el rato. No puedo permitirme comprarles ropa de abrigo y pagar los médicos y medicinas. Tengo que elegir" dice Khadija, una madre viuda en Damasco. "Si no fuera por esto, yo no podría comprar ropa para mis hijas" añade refiriéndose a la ayuda económica que acababa de recibir de UNICEF.
Para los 2 millones de niños que están atrapados en zonas sitiadas o de difícil acceso sin ayuda humanitaria, el invierno no solo les hace sentir el frío, sino que compromete también su futuro.
"Yo solía ir a la escuela llevando mi ropa vieja y a veces hasta rota. Me daba vergüenza". Dice Abdulrahman, de 12 años. Abdulrahaman vive con su familia en Kafar Laha, una de las zonas más inaccesibles de la zona rural al norte de Homs. "Mis padres no tienen dinero para comprarme ropa. Mi padre no trabaja porque no hay trabajo para él. Yo le ayudo a plantar algunas verduras que luego comemos y vendemos", añade Abdurrahman.
Niños sirios: 672.000 ya tienen abrigo
El 24 de octubre del pasado año, en UNICEF formamos parte del convoy humanitario interagencial que entregó en el pueblo de Abdulrahman 5.000 kits de ropa de invierno para los niños. Abdulrahaman, su hermana de 7 años Zeinab y su hermano de 9 meses Ma’en, recibieron su ropa de abrigo ese día.
"Es genial tener ropa nueva y me gustaría que pudiéramos tenerla más a menudo porque aquí hay muy poca ropa para comprar y, cuando hay algo, es carísimo" dice Abdulrahaman. "Ahora puedo ir a la escuela sin sentir vergüenza y, aunque las clases no tengan estufas, no me preocupo de la ropa que llevo y puedo estudiar bien", nos dice feliz de haber mejorado en este sentido aunque los bombardeos continúen y a veces le impidan ir al colegio.
El pasado invierno distribuimos kits de ropa de abrigo que mantuvieron calientes a 672.000 niños y niñas, lo que permitió a sus familias destinar el poco dinero que tienen a satisfacer otras necesidades básicas.
El Ayuntamiento de Madrid se ha unido a nuestra lucha contra el frío y, con su generosa contribución de 500.000 euros, hemos distribuido kits de invierno para 14.350 niños de diferentes edades (entre 1 y 12 años), 3.571 de los cuales estaban en zonas sitiadas o de difícil acceso.
Gracias al contenido de estos kits (que incluían chaquetas, gorros de lana, bufandas, guantes, calcetines, botas, ropa térmica, pantalones y ropa y edredones adaptados para bebés), hemos ayudado a estos niños a hacer frente a las temperaturas extremas en zonas de difícil acceso (Bloudan, Wadi-Barada y Quneitra), a niños que huyeron de las zonas sitiadas de Foah y Kefraya y acababan de llegar a Homs y Hama y a niños desplazados en la zona rural de Damasco.
La vida de millones de niños sirios está en riesgo
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