Siria: “la guerra perdura aunque hayan terminado los combates, y la infancia sigue inmersa en una situación de muerte y peligro”
Declaraciones de Ricardo Pires, portavoz de UNICEF, en la rueda de prensa celebrada hoy en el Palacio de las Naciones de Ginebra

Video con las declaraciones de Ricardo Pires
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DAMASCO, 14 de enero de 2025 – “Mientras crecen las esperanzas de paz para las niñas y niños sirios, éstos siguen sufriendo a un ritmo alarmante el brutal impacto de los artefactos de guerra sin detonar.
Sólo en diciembre del año pasado, UNICEF recibió informes de 116 niñas y niños muertos o heridos por artefactos explosivos sin detonar, una media de casi cuatro al día. Se cree que se trata de una estimación a la baja, dada la inestabilidad de la situación humanitaria sobre el terreno.
En los últimos nueve años, se han registrado al menos 422.000 incidentes con artefactos explosivos sin detonar en 14 provincias del país, y se calcula que la mitad de ellos han acabado trágicamente, con víctimas infantiles. En toda Siria, los niños se enfrentan a esta amenaza acechante, a menudo invisible y extremadamente mortal.
Los nuevos desplazamientos no hacen sino agravar el peligro. Desde el 27 de noviembre, más de 250.000 niños y niñas se han visto obligados a huir de sus hogares debido a la escalada del conflicto. Para ellos, y para los que intentan regresar a sus zonas de origen, el peligro de los artefactos explosivos sin detonar es constante e inevitable.
Mientras se sigue debatiendo sobre los esfuerzos de reconstrucción y la comunidad internacional se prepara para ayudar a Siria y a los niños y niñas, es imperativo que se realicen inversiones inmediatas para garantizar que el terreno sea seguro y esté libre de explosivos.
Más de una década de devastador conflicto ha dejado a comunidades de toda Siria sembradas de mortíferos restos de guerra, entre los que se calcula que hay 324.000 artefactos explosivos sin detonar esparcidos por todo el país.
Este peligro afecta a aproximadamente 5 millones de niñas y niños que viven en zonas contaminadas por artefactos explosivos sin detonar y minas terrestres, que se han convertido en la principal causa de víctimas infantiles en Siria. Cada paso que dan conlleva el riesgo de una tragedia inimaginable.
Una de esas tragedias es la de Abdul, de 12 años, a quien conocí en las afueras de Hama. El 18 de diciembre estaba jugando al fútbol con unos amigos en un campo detrás de su casa cuando uno de ellos pisó algo que brillaba en el suelo.
Lo que siguió fue una explosión que mató a Mohamed, de 15 años, primo de Abdul, e hirió a Abdul y a su hermano de 10 años, que ahora se recuperan de múltiples fracturas en piernas y brazos. Ya no pueden caminar sin ayuda. Ambos están profundamente traumatizados. Sus historias son demasiado comunes.
La madre de Abdul lloraba cuando nos contaba este hecho tan traumático y mencionó que ayer murieron otros tres niños tras introducir en sus casas una granada, encontrada en un parque infantil, sin saber el impacto mortal que podía tener.
Incluso aunque las niñas y los niños sobrevivan a estas explosiones, los problemas no acaban. Las lesiones y discapacidades que les cambian la vida implican a menudo que no puedan volver a la escuela o que les resulte más difícil acceder a una atención sanitaria adecuada. Se enfrentan a un nuevo tipo de guerra: contra el aislamiento, la estigmatización y la limitación de oportunidades.
Pero hay cosas que podemos hacer hoy para hacer la vida un poco más llevadera a estas niñas y niños; debemos impulsar el desminado humanitario para eliminar los restos mortales de la guerra y devolver la seguridad a las comunidades. Tenemos que aumentar la concienciación sobre el riesgo de las minas para que las niñas y niños puedan reconocer y evitar los artefactos explosivos sin detonar. Y debemos proporcionar un apoyo integral a los supervivientes, que incluya atención médica, rehabilitación y servicios psicosociales, para que puedan recuperar su dignidad y reconstruir sus vidas.
Les debemos a estas niñas y niños no sólo escuchar, sino actuar. No hay esperanza de reconstrucción en Siria cuando todavía amenaza la destrucción. Siria no puede dejar atrás esta horrible guerra si los niños siguen corriendo el riesgo de salir a la calle y ser alcanzados por explosivos.
Cada día sin actuar es otro día que amenaza a la infancia de Siria. Estas niñas y niños -que han vivido toda su vida en peligro- merecen vivir el resto de sus vidas con seguridad”.
Para contribuir al trabajo de UNICEF en la emergencia de Siria: www.unicef.es/causas/emergencias/conflicto-en-siria