Crisis migratoria: ¿y si 13 millones de niños en Europa no pudiesen ir al colegio?
¿Te imaginas que 13 millones de niños en Europa no pudieran ir al colegio? Y si a esto le añades la destrucción total de las infraestructuras, la falta de agua potable, la carencia de servicios médicos y sobre todo, el dolor de una guerra, ¿qué crees que pasaría?
Esta es la situación en la región de Oriente Medio y el Norte de África, donde los conflictos y la convulsión política impiden que más de 13 millones de niños vayan a la escuela. Y es también una de las razones que explican por qué miles de personas han decidido huir a Europa.
A través de nuestro último estudio, Educación bajo el fuego, hemos analizado el impacto que la violencia está teniendo en los niños y en los sistemas educativos de países como Siria, Líbano, Iraq o Jordania, entre otros.
La destrucción de las escuelas es uno de los motivos principales por el que estos niños no pueden ir a clase. Solo en Siria, Iraq, Yemen y Libia, unas 9.000 escuelas han dejado de servir como tal. La mayoría están destrozadas o sirven como refugio a los civiles desplazados.
CRISIS EN SIRIA: EL MIEDO VACÍA LAS AULAS DE ALUMNOS Y PROFESORES
Donde todavía quedan escuelas en pie, el miedo ha vaciado las aulas de profesores y los padres no mandan a sus hijos a clase, aterrorizados por un posible ataque de camino al colegio o en el propio centro.
“Los niños están experimentando el destructivo impacto del conflicto en toda la región”, cuenta Peter Salama, director regional de UNICEF para Oriente Medio y África del Norte. “No es solo el daño físico que se ha hecho a las escuelas, sino la desesperación que siente una generación de alumnos que ve sus esperanzas y futuro destrozados”.
En Jordania, Líbano y Turquía, países donde se concentran la mayoría de refugiados que huyen de la guerra en Siria, más de 700.000 niños sirios no pueden ir al colegio porque la infraestructura educativa está sobrecargada y no puede asumir una carga extra de alumnos.
CRISIS EN SIRIA: "NO HE VUELTO A CLASE DESDE QUE EMPEZÓ LA GUERRA"
"Estaba en quinto cuando empezó la guerra y no he vuelto a clase desde entonces", dice Firas, un joven refugiado sirio de 16 años que vive en el campo de Zaatari, en Jordania.
Para poner remedio a esta situación, desde UNICEF instamos a la comunidad internacional, los gobiernos de acogida, el sector privado y otras organizaciones a:
- Ampliar los servicios educativos informales en los que los niños fuera de la escuela puedan continuar su aprendizaje.
- Apoyar a los sistemas nacionales de educación de los países afectados por el conflicto para aumentar los espacios de aprendizaje, contratar a más profesores y suministrar materiales educativos.
- Apostar por el reconocimiento y certificación de los servicios educativos no formales en los países afectados por la crisis de Siria.
Nuestro informe destaca además una serie de iniciativas que permitan a los niños seguir estudiando incluso en las circunstancias más extremas. Sin embargo, y a pesar de que los niños y padres identifican la educación como una absoluta prioridad, necesitamos más apoyo para poder seguir llevándolas a cabo.
Por eso, si quieres puedes donar para ayudar a los niños de Siria.