Bolivia: consolidando avances en salud infantil y materna
Post de Ildefonso González, Responsable de Publicaciones y Fotografía de UNICEF España
Si Rosa Parks no se hubiera negado a ceder su asiento en el autobús a un joven blanco allá por 1955, es muy probable que el fin de la segregación racial en Estados Unidos se hubiese dilatado en el tiempo. "Mientras más obedecíamos, peor nos trataban”, aseguró después. Gente como Rosa Parks tenía claro que las cosas podían cambiar.
En Bolivia, las comunidades son cada vez más conscientes de sus derechos, de que pueden y deben reclamar,de que un mundo mejor es posible gracias a su implicación y participación en la toma y ejecución de decisiones.
El trabajo de la cooperación
internacional, de la mano de organizaciones como UNICEF, y
el proceso de reconocimiento histórico de losderechos indígenas impulsado por el Gobierno
de Evo Morales, está empoderando no solo a lasociedad civil de Bolivia, sino también a lasinstituciones y los colectivos
profesionales.
Lo pudimos comprobar en un reciente viaje a Loma
Alta, una comunidad remota de la Amazonía
boliviana cuya población ha votado para que las cuentas
públicas prioricen la salud por encima de cualquier otro gasto del
municipio. Una de sus victorias ha sido no tener ningún
caso de mortalidad materna en cuatro años, a pesar de que
la desnutrición y enfermedadescomo la malaria, el dengue, la leishmaniosis o la diarrea presentan
unos índices más altos en esta región que en el resto del
país.
En Loma Alta hay dos asociaciones de mujeres muy
activas. Han creado un Club de Madres con 40
afiliadas y el día que llegamos nos cuentan lacapacitación en derechos que han recibido deUNICEF y nos entregan una lista de
peticiones que incluye desde medicamentos como el
glucantime (para el tratamiento de la leishmaniosis) hasta material
muy diverso como una camioneta, una ambulancia, una bomba de agua,
equipamiento para el centro de salud y formación para su
personal.
“LA SALUD ES LO PRIMORDIAL”
A todas estas mujeres les preocupa la salud de sus
hijos y reclaman una buena atención sanitaria para ellos,
aunque reconocen que la situación ha mejorado en los últimos años.Julia Lurici, de 48 años y madre de 8 hijos, nos
explica que el otro día acudió al centro con su hija enferma y se
lo encontró vacío; además, la farmacia estaba cerrada. “Me he
quejado al doctor y me ha dicho que la cosa va a mejorar. La salud
es lo primordial y no pueden hacer abandono”.
El conformismo y los complejos desaparecen para dar
paso a legítimas reivindicaciones que superan el mero
anhelo de que sus pequeños sobrevivan. “Queremos que vayan
a la universidad”, se aventura a decir Edna mientras
sonríe y mira a su pequeño Virgilio, de 5 meses.
A cientos de kilómetros de Loma Alta, en el altiplano, el
doctor José Coca, Director del centro de salud de
Ucumasi, nos explica con sus palabras el cambio de
mentalidad que se está operando entre el personal sanitario y la
comunidad, y del que responsabiliza a la cooperación
internacional.
“Nos han dado una infraestructura y un equipamiento excelente,
y nos han ayudado con cursos de actualización. Ucumasi está
aprendiendo a valorar la vida, a que nuestras señoras
cuiden a su bebé desde el vientre, y que no sea un ‘producto' más
para que les ayude, que no sea como algo material que si nace vivo,
bien, y si nace muerto, bien también. Queremos que nos
sigan ayudando a construir nuestro futuro”.
EL PEZ Y LA CAÑA DE PESCAR
En el mundo de la cooperación internacional para el
desarrollo, la metáfora del pez y la caña de
pescar –no dar el pescado, sino enseñar a pescar—es
recurrente.
En Bolivia, UNICEF y otras organizaciones aliadas
están contribuyendo, mediante el acompañamiento y
asesoramiento a las autoridades; la formación y capacitación del
personal sanitario, y el empoderamiento de las comunidades,a que el país construya un futuro. Un futuro sin
barreras en el acceso a la salud como el que hoy quiere y por el
que lucha Julia Lurici para sus hijos y vecinos.