Mutilación genital femenina: en qué consiste y países
En la región de Sidama, en Etiopía, un grupo de jóvenes participan en una formación que tiene como objetivo capacitar a niñas de 10 a 19 años con habilidades para la vida que las protejan de prácticas tan nocivas como la mutilación genital femenina (MGF) y el matrimonio infantil. © UNICEF/UNI532191/Ayene
La Mutilación Genital Femenina (MGF) es una práctica que afecta a millones de niñas y mujeres en todo el mundo, violando sus derechos y causando graves daños físicos, psicológicos y sociales. En este contenido exploraremos en profundidad qué es la mutilación genital femenina, sus consecuencias, los países donde aún persiste y el papel crucial que desempeña UNICEF en la lucha contra esta violación de los derechos fundamentales de niñas y mujeres.
¿Qué es la mutilación genital femenina?
La mutilación genital femenina es una práctica cultural profundamente arraigada que afecta a millones de niñas y mujeres en todo el mundo. Consiste en la alteración o eliminación parcial o total de los genitales femeninos por razones no médicas. Esta práctica se lleva a cabo en diversas formas, que van desde la extirpación del clítoris hasta la infibulación, donde se cose o se estrecha la abertura vaginal.
Esta práctica se perpetúa principalmente en comunidades de África, Asia y Oriente Medio, donde se considera un rito de paso hacia la edad adulta o un requisito para el matrimonio. La mutilación genital femenina es la manifestación de una desigualdad de género profundamente arraigada que provoca terribles daños en la salud física y mental de la mujer y constituye una violación flagrante de los derechos humanos de las niñas y mujeres.
La mutilación genital femenina es una experiencia extremadamente dolorosa y traumática para las mujeres y niñas afectadas. Además del dolor físico agudo durante el procedimiento, las complicaciones a largo plazo pueden incluir infecciones graves, problemas urinarios, complicaciones durante el parto, traumas psicológicos y dificultades en las relaciones íntimas. Esta práctica también perpetúa un ciclo de discriminación y desigualdad de género, limitando el desarrollo y la autonomía de las mujeres y niñas afectadas.
¿Por qué se sigue practicando la mutilación genital femenina?
Tal y como ya hemos mencionado, la mutilación genital femenina persiste principalmente debido a factores culturales, sociales y de género arraigados en las comunidades donde se practica. Estos son algunos de los motivos por los que esta práctica sigue siendo prevalente:
- Tradición y rito de paso: en muchas comunidades, la mutilación genital femenina se considera un ritual de paso hacia la madurez y la aceptación social. Se ve como una tradición arraigada que refuerza la identidad cultural y el sentido de pertenencia a la comunidad.
- Normas de género arraigadas: se utiliza a menudo como un medio para controlar la sexualidad de las mujeres y niñas, preservar la virginidad y garantizar la fidelidad conyugal. Se percibe como una forma de mantener el honor y la reputación de la familia.
- Creencias erróneas sobre la salud y la higiene: tradicionalmente se cree erróneamente que la mutilación genital femenina promueve la higiene femenina y protege la salud reproductiva. Sin embargo, esta práctica en realidad conlleva graves riesgos para la salud y no tiene absolutamente ningún beneficio médico.
- Presión social y familiar: existe una fuerte presión en ciertas comunidades para que las niñas y mujeres se sometan a la mutilación genital femenina, ya que se considera un requisito para el matrimonio y la aceptación dentro en su entorno. Aquellas que se resisten pueden enfrentarse a estigma, ostracismo e incluso exclusión social.
- Falta de acceso a información y concienciación: en aquellos lugares donde se practica la mutilación genital femenina, suele existir una falta de educación y conciencia sobre los derechos humanos, la salud sexual y reproductiva, y los riesgos asociados con esta práctica. La falta de acceso a la información adecuada dificulta el cambio de actitudes y comportamientos.
La persistencia a nivel mundial de la mutilación genital femenina se debe a una combinación de factores culturales, sociales, económicos y de género que refuerzan su práctica y dificultan su erradicación. Para abordar este problema de manera efectiva, es necesario trabajar en múltiples niveles, incluida la sensibilización comunitaria, el empoderamiento de las mujeres y niñas y la promoción de leyes y políticas que prohíban esta práctica y protejan los derechos humanos y de la infancia.
Beliyu Barsamo, una chica de 20 años, estuvo a punto de considerar la mutilación genital femenina. Sus amigas le dijeron que lo hiciera para ganarse el respeto de la comunidad. Afortunadamente, su padre se negó a tal sufrimiento. A posteriori Beliyu reflexionaba: "parece fácil y sencillo de atravesar, pero cuando escuchas las consecuencias, es muy duro... no tengo que experimentarlo para comprender el dolor". © UNICEF/UNI509472/Ayene
¿Qué derechos humanos y de la infancia viola la mutilación genital femenina?
Más de 230 millones de niñas y mujeres han sufrido la mutilación genital femenina, una terrible práctica que atenta directamente contra sus derechos. Las cifras son estremecedoras: según los datos que maneja UNICEF, en 2024, más de 4,4 millones de niñas están en riesgo de padecerla.
La mutilación genital femenina viola múltiples derechos humanos y de la infancia reconocidos internacionalmente. Entre los más destacados se encuentran:
- Derecho a la salud: la mutilación genital femenina pone en grave riesgo la salud física y psicológica de las mujeres y niñas afectadas. Este procedimiento puede provocar complicaciones médicas graves, incluidas infecciones, problemas urinarios, dificultades o muertes durante el parto y traumas psicológicos a largo plazo.
- Derecho a la integridad física y mental: implica la alteración o eliminación de tejidos genitales saludables sin consentimiento y sin justificación médica. Esto constituye una forma de violencia física y mental que causa dolor y sufrimiento innecesarios durante el resto de su vida.
- Derecho a la igualdad y no discriminación: está tan arraigada en normas culturales y de género que perpetúan la desigualdad entre hombres y mujeres. Las mujeres y niñas son sometidas a esta práctica debido a su sexo, lo que constituye una forma de discriminación basada en el género.
- Derecho a la autonomía: priva a las mujeres y niñas de su capacidad para tomar decisiones sobre sus propios cuerpos y su sexualidad. Se les niega el derecho fundamental a la autodeterminación y se les somete a una práctica que impacta profundamente en su vida y bienestar.
- Derecho a la educación y al desarrollo: puede interferir con la capacidad de las niñas para acceder a la educación y participar plenamente en la vida social y económica. Las complicaciones de salud asociadas pueden limitar sus oportunidades de desarrollo personal y profesional.
En conclusión, la mutilación genital femenina constituye una violación flagrante de los derechos humanos y de la infancia, y su erradicación es vital para garantizar la salud, la igualdad y el bienestar de las mujeres y niñas en todo el mundo.
Países donde está presente la mutilación genital femenina
Coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer de este año 2024, Unicef ha publicado un informe en el que se revela que más de 230 millones de niñas y mujeres en todo el mundo han sido sometidas a la MGF. Esto supone un incremento del 15% en comparación con los datos publicados hace ocho años.
La práctica continúa siendo mayoritaria en los países africanos, con una estimación de más de 144 millones de casos. Le sigue Asia con 80 millones y 6 millones en Oriente Medio. Se calcula que puede haber otros 1-2 millones de casos en pequeñas comunidades practicantes y países de destino de la migración en el resto del mundo. Puedes descargarte el informe completo en este enlace.
La mutilación genital femenina (MGF) está presente sobre todo en países de África, Oriente Medio y algunas partes de Asia. Algunos ejemplos de países donde esta práctica es más común:
De África: en Somalia, Guinea, Egipto, Sudán, Malí, Yibuti, Sierra Leona, Nigeria, Etiopía, Kenia, entre otros.
De Asia: sobre todo en ciertas regiones de Indonesia y Malasia.
De Oriente Medio: Yemen, Irak, Omán, Emiratos Árabes Unidos, entre otros.
En España y Europa, también es importante abordar la situación de las niñas españolas con raíces familiares en países donde se practica la mutilación genital femenina (MGF), ya que enfrentan un riesgo significativo debido a la falta de información y conciencia sobre esta práctica en algunas comunidades. A menudo, las familias que mantienen vínculos culturales con estas regiones pueden verse presionadas por normas sociales y tradiciones arraigadas que promueven la MGF. Esto puede llevar a situaciones en las que las familias viajan a sus países de origen para someter a sus hijas a esta práctica, a pesar de que sea ilegal en España y constituir una violación de los derechos humanos y de la infancia.
Es fundamental que las autoridades y organizaciones trabajen para sensibilizar y proporcionar apoyo a estas comunidades, educando sobre los riesgos y consecuencias de la mutilación genital femenina y promoviendo alternativas seguras y respetuosas con los derechos de esas niñas y adolescentes para celebrar las tradiciones culturales. Además, es importante garantizar que las niñas y sus familias tengan acceso a servicios de apoyo y protección en caso de estar en riesgo de sufrir esta práctica, asegurando así su seguridad y bienestar en el contexto español.
Impacto de la mutilación genital femenina en la salud y el bienestar
La mutilación genital femenina (MGF) tiene un impacto devastador en la salud y el bienestar de las mujeres y niñas afectadas, tanto a nivel físico, psicológico como social.
En primer lugar, a nivel físico, las consecuencias pueden ser graves e incluir:
- Dolor crónico.
- Infecciones recurrentes del tracto urinario.
- Problemas menstruales.
- Complicaciones durante el parto.
- En los casos más extremos, incluso la muerte.
La mutilación genital puede provocar cicatrices, deformidades y daños permanentes en los órganos genitales, lo que afecta negativamente a la función sexual y reproductiva de las mujeres.
A nivel psicológico, las mujeres y niñas que han sido sometidas a la MGF pueden experimentar traumas emocionales profundos, como:
- Ansiedad.
- Depresión.
- Trastorno de estrés postraumático.
- Problemas de autoestima.
La experiencia de la mutilación genital puede generar sentimientos de vergüenza, culpa y alienación social, así como dificultades para establecer relaciones íntimas y de confianza.
En cuanto al impacto social, la mutilación genital femenina perpetúa la desigualdad de género y la discriminación contra las mujeres y niñas. Esta práctica refuerza normas y creencias patriarcales que consideran a las mujeres como inferiores y controla su sexualidad y autonomía. Además, la presión social y el estigma asociados con la MGF pueden dificultar la participación plena y equitativa de las mujeres en la sociedad, limitando sus oportunidades educativas, laborales y de desarrollo personal.
La lucha de UNICEF contra la violencia infantil y la mutilación genital femenina
UNICEF promueve un gran despliegue de estrategias y acciones para prevenir y erradicar la mutilación genital femenina (MGF), reconociendo la urgente necesidad de detener esta violación de los derechos humanos de las mujeres y niñas. La organización trabaja en colaboración con gobiernos, organizaciones locales, líderes comunitarios y otros socios para promover cambios sociales y culturales que la desalienten.
A continuación, se describen con algo más de detalle algunas de las iniciativas clave de UNICEF:
- Educación y sensibilización: UNICEF desarrolla programas educativos y campañas de sensibilización dirigidas a comunidades, progenitores, líderes religiosos, jóvenes y otros actores clave para informar sobre los riesgos y consecuencias de la MGF. Estas campañas buscan cambiar actitudes y comportamientos arraigados que perpetúan la práctica, fomentando en su lugar el respeto por los derechos de las niñas.
- Fortalecimiento de capacidades: UNICEF trabaja para fortalecer las capacidades de profesionales de la salud, educadores y trabajadores sociales para identificar y abordar la MGF de manera efectiva. Esto incluye la formación en técnicas de comunicación sensible, atención médica adecuada y asesoramiento psicológico para mujeres y niñas afectadas.
- Apoyo a las comunidades: colaborando estrechamente con líderes comunitarios y organizaciones locales para promover el diálogo intergeneracional y el compromiso de la comunidad en la prevención de la mutilación genital femenina. Esto puede implicar la organización de eventos comunitarios, grupos de discusión y actividades culturales que fomenten la reflexión y el cambio de actitudes.
- Empoderamiento de las mujeres y niñas: apoyando programas que empoderan a las mujeres y niñas, brindándoles acceso a la educación, oportunidades económicas y recursos para tomar decisiones autónomas sobre su salud y bienestar. Al fortalecer la posición de las mujeres en la sociedad, se reduce su vulnerabilidad a la MGF y se promueve una mayor igualdad de género.
- Influencia política y legal: UNICEF aboga por políticas y leyes que prohíban la mutilación genital y protejan los derechos de las niñas. La organización trabaja con gobiernos y organismos nacionales e internacionales para promover la ratificación y aplicación de tratados internacionales relacionados con los derechos de la mujer y la infancia, así como para fortalecer el marco legal nacional contra la MGF.
En conjunto, estas iniciativas reflejan el compromiso de UNICEF en la prevención y erradicación de la mutilación genital femenina, reconociendo su importancia como parte integral de su misión de proteger los derechos y el bienestar de todos los niños y niñas en todo el mundo.
Cómo puedes ayudar a erradicar la violencia infantil
Aquí hay algunos consejos prácticos sobre cómo tanto individuos como organizaciones pueden ayudar a erradicar esta y otras formas de violencia infantil.
La contribución económica a organizaciones que trabajan en la prevención y erradicación de la mutilación genital femenina es una forma directa de apoyar la causa. Muchas organizaciones, como UNICEF, tienen programas específicos dedicados a este problema y aceptan donaciones para financiar actividades de sensibilización, intervenciones comunitarias y apoyo a las víctimas.
Además, compartir información sobre la mutilación infantil femenina en las redes sociales, en conversaciones con amigos y familiares, y en eventos comunitarios puede ayudar a sensibilizar a más personas sobre este grave problema. Cuanto más se hable sobre ella, mayor conciencia se generará y más apoyo se reunirá para combatirla.
Por último, aprender a reconocer las señales de abuso y violencia, así como conocer los recursos disponibles para ayudar a las víctimas, es fundamental. Participar en cursos de capacitación sobre la MGF y el abuso infantil puede proporcionar a las personas las habilidades necesarias para detectar situaciones de riesgo y actuar en consecuencia. Si alguien sospecha que una niña está en riesgo de ser sometida a la MGF, es importante denunciarlo a las autoridades correspondientes.
En muchos países, existen líneas directas de ayuda y servicios sociales que pueden intervenir para proteger a la niña y prevenir la mutilación. En España, el teléfono 016 es exclusivo para atender cualquier forma de violencia contra las mujeres.