El Messi de Yemen
No todo el mundo sabe que Lionel Messi, nacido y criado en el centro de Argentina, sufría un retraso hormonal del crecimiento cuando era pequeño. Cuando tenía 13 años, se mudó a España para unirse al FC Barcelona, que se hizo cargo de su tratamiento. Una estrella nacía en ese momento; el resto ya es historia.
Hoy me gustaría hablaros de otro fenómeno del fútbol: Rafik. Este joven de 15 años vive en Saná, la capital de Yemen. Hace 8 años, Rafik estaba jugando al fútbol cuando le sorprendió un bombardeo aéreo. Perdió una pierna y a su mejor amigo.
Pero la historia de Rafik no se reduce a los terribles recuerdos de aquel día. Es una historia de esperanza que demuestra hasta dónde puede llegar la fuerza de voluntad de los niños como él, que ahora vive en un colegio junto a otras 40 familias que han tenido que dejar sus casas por la guerra. Estos niños demuestran que el espíritu humano nunca se da por vencido.
La determinación de Rafik para seguir jugando al fútbol ha conseguido reunir a un grupo de niños en su lucha por sobrevivir al conflicto en un refugio arrasado por el hambre y la desesperación. Con la única pierna que le queda y sus muletas, Rafik ha dado valor al vecindario en tiempo de caos.
MILLONES DE NIÑOS DE YEMEN ESTÁN EN PELIGRO
Los niños son de las personas más vulnerables en el conflicto de Yemen. Alrededor de 1,3 millones están amenazados por la desnutrición aguda, entre ellos, 300.000 corren riesgo de sufrir desnutrición grave.
Desde UNICEF hemos registrado 1.900 casos de niños que han muerto o han sufrido amputaciones a causa de la guerra, que se intensificó en marzo de 2015. En total, 7,3 millones de niños necesitan protección. Las violaciones de los derechos de la infancia en este país son cada vez más graves.
Rafik es el héroe del barrio. Ha ganado muchos partidos con su equipo, pasando y controlando el balón con sus amigos en el colegio de Saná en el que se refugian de los bombardeos. Corre maratones, juega al fútbol y está preparado para ser el entrenador más joven de Yemen.
Y, como no, Messi es también su héroe y su inspiración.
1,8 MILLONES DE NIÑOS EN YEMEN NO VAN AL COLEGIO
Más de 100 niños viven en este refugio temporal. Los niños suelen disfrutar con los partidos de fútbol y las niñas prefieren hacer manualidades, dibujar o hacer actuaciones. Su arte refleja la realidad que les ha tocado vivir, ya sea a través de un cuadro hecho con los restos de cristal de un bombardeo o un dibujo que muestra cómo la guerra ha cambiado su vida. Unos 1,8 millones de niños no van al colegio desde marzo.
Aunque se han reabierto 14.500 escuelas desde noviembre, 1.500 permanecen cerradas debido a la inseguridad, lo que deja a 383.000 niños fuera de clase, sobre todo en la región de Sa'ada y Taiz. Unos 2,5 millones de personas han tenido que dejar sus casas y buscar lugares más seguros a causa del incesante conflicto.
Hay poca comida, casi no hay agua y la basura está desperdigada por las calles de Saná. Las medicinas escasean y los hospitales apenas funcionan. Pero, a pesar de los obstáculos, Rafik y sus amigos han encontrado una nueva vida en el fútbol.A nuestro joven campeón no le importa lo que otros piensen sobre su discapacidad. Este tenaz adolescente se niega a creer que las bombas y las balas pueden acabar con su país o con su esperanza en la humanidad. Hace falta tener un gran corazón para conseguir lo que consigue este chico con las familias que le rodean. Él es su Messi y un símbolo del fútbol para los niños desplazados que les recuerda tiempos mejores y les hace soñar con un mejor mañana.
De momento, se apresura a jugar otro partido antes de que regrese la cruda realidad y los sonidos de la guerra obliguen a los niños a ponerse a cubierto de nuevo.
Post escrito por Rajat Madhok, UNICEF Yemen