Combatir la desnutrición en Pakistán
Mohammad Ali vive en un pequeño pueblo a las afueras de Jamshoro, en la provincia pakistaní de Sindh. Con tan solo dos años, se ha tenido que enfrentar a la dura batalla por la supervivencia tras haber sufrido graves problemas de salud provocados por la desnutrición aguda grave.
A comienzos de septiembre de este año, las lluvias monzónicas destruyeron gran parte de la casa de Mohammad y su pueblo, obligando a su familia de diez miembros a abandonar sus pocas posesiones.
Las cosechas quedaron destruidas y el agua potable a escasear, y Mohammad, el más pequeño de los 8 hermanos, comenzó a perder peso. Fue admitido rápidamente en el hospital de Jamshoro y le diagnosticaron desnutrición aguda grave y una infección diarreica letal.
“Cuando ingresamos a Mohammad, solo pesaba siete kilos y tenía tan mala salud que no estábamos seguros de su supervivencia”, dijo Zulifar, del hospital de Jamshoro.
Después de una semana en el hospital con medicamentos y tratamiento terapéutico proporcionado por UNICEF, la salud de Mohammad Ali mejoró mucho y su peso aumentó. Ahora está siendo tratado en el Programa Ambulatorio Terapéuticodonde se le realiza un chequeo semanal y se le proporciona alimentación terapéutica.
Mohammad ha vuelto a su casa junto a su familia recientemente. Sus siete hermanos sufren las consecuencias de una mala nutrición, como problemas en la piel e infecciones respiratorias.
Noor, su madre, se muestra optimista, a pesar de las dificultades. “Sobre todo, estoy feliz que Mohammad no esté en peligro”. “Espero que pueda tener acceso a la educación y convertirse en doctor un día, así podrá ayudar a los niños que se encuentren en esta situación”.
Batalla por sobrevivir
Casos como el de Mohammad son muy comunes en gran parte de Sindh, donde las recientes lluvias monzónicas han complicado una ya precaria situación nutricional para muchas de las 5,4 millones de personas afectadas, la mitad de ellos niños.
Las inundaciones han devastado casas, negocios y ganado, destruyendo los medios de vida y socavando la seguridad alimentaria. Las familias se han quedadosin trabajo y sin tierras para cultivar sus cosechas, por lo cual son incapaces de proporcionar una alimentación adecuada para sus hijos.
Esta terrible emergencia ha complicado aún más la pobreza generalizada en la región, que estaba intentando recuperándose de las pérdidas provocadas por las inundaciones de 2010. Y ha agravado aún más los ya altos niveles de desnutrición crónica creando un doble desastre.
niveles de desnutrición críticos
Los resultados de una encuesta de nutrición llevada a cabo este año antes de las inundaciones afirman que el 58% de los hogares en Pakistán sufren inseguridad
alimentaria. Casi un tercio de los niños en todo el país sufre bajo peso, y esta situación es aún peor para los niños que viven en áreas rurales. La tasa de desnutrición aguda (15,1%) estaba en un nivel crítico y la de desnutrición aguda grave (5,8%) alcanzó unos niveles muy elevados.UNICEF y sus aliados están proporcionando suministros que salvan vidas en las áreas afectadas de Sindh, incluyendo la provisión de alimentación terapéutica y medicamentos para el tratamiento de la desnutrición.
UNICEF está apoyando 59 nuevos Programas Terapéuticos Ambulatorios, los cuales proporcionan servicios de nutrición en los distritos severamente afectados. Estos nuevos centros se suman a los 454 ya operativos en Sindh como respuesta a las inundaciones de 2010. Más de 30.000 niños que sufren desnutrición grave y moderada se han registrado para recibirapoyo nutricional.
Además, más de 10.800 mujeres embarazadas y lactantes que sufren desnutrición se han registrado para losprogramas de alimentación suplementaria y cientos de miles reciben formación sobre la importancia de la lactancia materna exclusiva.
Como parte del Plan de Respuesta Rápida de UNICEF para las Inundaciones de Pakistán de 2011, UNICEF necesita 50,3 millones de dólares para cubrir las necesidades inmediatas de los niños y las mujeres durante seis meses, incluyendo el apoyo a programas de nutrición.