Desastres naturales: más de la mitad de los afectados son niños
En el Día Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales, desde UNICEF recordamos que es posible evitar la muerte de miles de niños mediante la preparación, prevención y mitigación ante los riesgos naturales.
Los niños representan entre el 50% y el 60% de la población afectada por desastres naturales en el mundo.
Este tipo de emergencias aumenta exponencialmente los niveles de mortalidad infantil, no solo por las víctimas directas que pueda producir la catástrofe, sino sobre todo porque aumentan riesgos como la desnutrición o los problemas en los sistemas de agua y saneamiento, que se ven acentuados en estas situaciones.
Además, las catástrofes naturales interrumpen el desarrollo educativo de los niños y pueden causarles graves traumas psicológicos. Asimismo, muchos son separados de sus familias y quedan expuestos a la explotación y el abuso.
175 millones de niños afectados cada año por desastres naturales
El número de desastres naturales se ha triplicado desde la década de los 70, impulsados por el cambio climático. Se estima que el número de niños afectados aumentará en los próximos años hasta llegar a los 175 millones anuales en esta década.
Por este motivo, y coincidiendo con el Día Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales que se celebra hoy, desde UNICEF recordamos que, a través de un trabajo de preparación técnica y material, es posible mitigar el impacto de estos fenómenos en la tasa de mortalidad infantil de los países afectados.
El alcance y la gravedad de las consecuencias de los desastres naturales están directamente relacionados con la capacidad de las infraestructuras, recursos técnicos y materiales de cada país. Por eso, el impacto de una catástrofe se multiplica en los países en desarrollo, donde se concentran el 90% de las muertes provocadas por este tipo de fenómenos y donde el alcance de la destrucción provoca los daños más graves.
El 90% de las muertes por desastres naturales se dan en países en desarrollo
Nuestros proyectos buscan fortalecer la resiliencia, la capacidad para sobreponerse que tienen las sociedades que sufren frecuentemente catástrofes naturales, destacando la prioridad de proteger a mujeres y niños. Para que la acción humanitaria en este tipo de situaciones sea efectiva, es preciso no solo cubrir las necesidades inmediatas de las personas, sino también el fortalecimiento de sus habilidades para enfrentarse a futuros desastres.
Un ejemplo del trabajo útil para la reducción de riesgos es la intensa labor que realizamos actualmente para frenar el avance del ébola en África. Las campañas de sensibilización en los países afectados están consiguiendo que la población pueda detectar síntomas de la enfermedad, o las medidas para evitar el contagio. Pero en el caso de otros brotes en el futuro, los ciudadanos ya tendrán de antemano una información que hasta ahora no tenían y que reduce el riesgo de propagación.
La crisis del ébola también explica la importancia de tener un sistema de salud fuerte ante este tipo de epidemias. Dos países de África Occidental, Nigeria y Senegal, han conseguido frenar de forma efectiva la expansión de la enfermedad, lo que se explica en gran parte porque tienen sistemas de salud más preparados. Sin embargo, los países que están sufriendo una mayor propagación del virus, como Sierra Leona, Guinea o Liberia, tenían un sistema de salud mucho más débil que no ha podido hacer frente a esta situación.
El aumento de los niveles de desnutrición es uno de los grandes retos tras un desastre natural. Desde UNICEF apoyamos de forma constante a los países con tasas de desnutrición infantil para extender y fortalecer el acceso a una nutrición de calidad. Apoyamos intervenciones que se sustentan en las capacidades locales y protegemos las prácticas positivas de nutrición ya existentes siempre que es posible, con el objetivo de facilitar que las comunidades puedan hacer frente a posteriores crisis. En países como Mauritania, UNICEF realiza encuestas de nutrición periódicamente con el fin de preparar un programa de seguridad alimentaria y establecer un sistema de alerta temprana ante posibles crisis de desnutrición.
Ahora no podemos parar de salvar vidas
Para seguir avanzando en la lucha por la supervivencia infantil en todo momento y en todas las situaciones, desde UNICEF hemos lanzado la campaña Ahora no podemos parar. Con ella queremos explicar los avances realizados y los grandes retos pendientes para seguir salvando vidas.
Los índices de supervivencia infantil han mejorado radicalmente: en 1990, 12,7 millones de niños menores de cinco años murieron por causas que podemos evitar; en 2013 esta cifra fue de 6,3 millones. Es una reducción de casi la mitad, pero a pesar de los avances, más de 17.000 niños menores de cinco años mueren cada día por causas que se pueden evitar con medidas tan sencillas como tener vacunas, agua o una nutrición adecuada.
¿Qué puedes hacer tú para frenar la mortalidad infantil?
Para contribuir al trabajo de UNICEF contra la mortalidad infantil puedes:
- Hacer una donación online
- Enviar un SMS con la palabra UNICEF al 28028*: 1,20 euros íntegros para UNICEF. Con esta cantidad se puede vacunar a un niño contra varias enfermedades mortales, o costear el tratamiento contra la desnutrición para un niño durante un día.
- Hacer un donativo por teléfono en el 902 31 41 31
- Sumarte a nuestra comunidad de optimistas y convencer a tus tus amigos y conocidos de que estamos más cerca que nunca de terminar con la mortalidad infantil. Puedes descargarte nuestro kit de superviviencia y ayudarnos a difundir el mensaje en tus redes sociales.
*IMPORTE DEL SERVICIO DE SMS 1,20€ ÍNTEGRO PARA UNICEF. Válido para Movistar, Vodafone, Orange, Yoigo y Euskaltel. Número sin fines comerciales. Operado por UNICEF. N.atn.clte: 902228028, sms@unicef.es. Información legal y protección de datos: www.unicef.es