Filipinas: los niños celebran el nuevo año escolar
Por Diana Valcárcel, Coordinadora de Proyectos de Comunicación de UNICEF España
A medida que el sol se levanta sobre el océano, el barrio de San Roque es un hervidero de actividad. Los niños se bañan, desayunan y se preparan para volver a la escuela, un gran día, sólo dos meses después de que el tifón Haiyan arrasara el país.
"Nuestra escuela tenía 17 aulas", dice Myra Salve, profesora
en San Roque. "Sólo quedó una tras el tifón" y murieron 9
estudiantes.
"Cuando vi la escuela destruida dos días
después del tifón, no perdí la esperanza", dice
Salve. "Yo sabía que alguien iba a ayudarnos. Nos levantaremos de
nuevo".
“Mi profesora murió en el tifón. Ella era una segunda madre
para mí”, dice Michel Lerios, de 13 años.
Tifón en Filipinas: empezando la recuperación
Para la mayoría de los niños de San Roque, la experiencia
traumática del tifón acarrea diversas consecuencias: viven en casas
improvisadas, tiendas de campaña temporales o centros de
evacuación. El regreso a la escuela significavolver a una rutina y comenzar el proceso
de recuperación. Para los padres, significa tener tiempo
para reconstruir sus casas y sus medios de
vida.
La campaña de Vuelta a la Escuela, para500.000 niños de las zonas afectadas por
el tifón, se ha organizado bajo el nombre eskwela balik
("volver a la escuela" en la lengua Waray) y está dirigida por el
Departamento de Educación y el Departamento de Bienestar Social y
Desarrollo, con el apoyo de UNICEF, de las ONG internacionales y
nacionales y otros socios locales.
El 2 de diciembre tuvo lugar una "apertura suave" de las
escuelas, para aquellas que estaban listas para comenzar clases
“informales”. Desde diciembre, UNICEF ha proporcionadomateriales didácticos y recreativos para 500.000
niños, ofreciendo 3.000 espacios temporales de
aprendizaje, e instalaciones de agua ysaneamiento para 1.000
escuelas.
"Estoy feliz de volver a la escuela. Laeducación es importante porque
nos enseña a leer, escribir y respetar a los demás ", dice Rhonalyn
Grabillo, de 13 años.
Michel también aprecia el valor de la educación para su
futuro. "Ir a la escuela es importante porque haces amigos y te
ayuda a encontrar un trabajo", asegura.
La escuela primaria San Roque está compuesta por dos carpas y
seis aulas improvisadas. Antes del tifón, la escuela contaba con
750 alumnos y 16 profesores. A la llamada oficial de Vuelta a
la Escuela, se presentaron poco más de la mitad de los
alumnos. Muchos de ellos se habían ido a otros lugares, como Manila
y Cebú.
Proteger a los niños a través de la educación
Los beneficios de la educación en las sociedades afectadas por
una situación de estas dimensiones son incalculables.
Durante las emergencias, los niños en las escuela pueden ser
atendidos en un entorno de protección.
Restableciendo una rutina diaria y ayudando a restaurar un sentido
de la normalidad, las escuelas como la de San Roque se convierten
en espacios terapéuticos en medio de la
destrucción. Ayudan a las familias a volver a su independencia,
brindando a los padres el espacio para organizar sus vidas.
Para Marites Larios, la madre de Michel, este es un hecho
importante. "No importa lo fuerte que haya sido la tragedia que
hemos pasado, nuestros hijos tienen que estar de vuelta en la
escuela", dice ella. "La educación es la única
herencia que les podemos dar. Quiero que Michel y mis otros hijos
estudien. No quiero que pasen situaciones tan duras como las que he
vivido yo".
La educación es una herramienta
poderosa para el cambio. Para Rhonalyn,
Michel y los otros estudiantes, es también el comienzo de un futuro
de esperanza y oportunidades.