No hay lugar seguro para los niños en Gaza

Mientras las hostilidades entran en su vigésimo primer día, aumenta el número de niños que están muriendo. Hasta ahora han fallecido más de 1.000 palestinos, de los cuales unos 230 eran niños -más de 10 al día-. El más pequeño tenía solo 3 meses.
 
Cerca de 2.000 niños han sido heridos en el estrecho enclave costero, donde la mitad de la población tiene menos de 18 años.
 
"El desgaste físico y psicológico que la violencia causa en la gente es casi indescriptible", dice Pernille Ironside, directora de la Oficina de UNICEF en Gaza. "Vemos a niños muertos, heridos, mutilados y quemados, además de estar aterrorizados. Las consecuencias son más profundas que en los estallidos previos", añade.
 

Una tremenda pérdida

Una reciente pausa en la lucha permitió a UNICEF visitar hospitales. Ironside conoció a Shayma, de 4 años. "La niña anhelaba a su madre y sus hermanos; todos habían muerto mientras buscaban refugio tras dejar su casa para encontrar un lugar más seguro; solo esta niña y su padre sobrevivieron", cuenta Ironside. "¿Cómo le dices a una niña de 4 años que la mayor parte de su familia ha muerto?"
 
La violencia se ha cobrado familias enteras. El 20 de julio, 25 miembros de la familia de Abu Jamaa murieron en un solo ataque aéreo en su casa mientras comían Iftar, la cena con la que termina el ayuno diario del Ramadán. Del total de víctimas, 18 eran niños de entre 4 meses y 14 años.
 

Cicatrices duraderas

La infancia en sí misma está siendo destruida para muchos, con niños soportando cicatrices emocionales y físicas mientras sufren el tercer episodio del conflicto en seis años. "Normalmente, los niños son más fuertes y se recuperan, pero cuando soportan tantos episodios violentos, la violencia en sí misma se convierte en la nueva normalidad; son propensos a repetirla ellos mismos más adelante", dice Bruce Grant, Jefe de Protección Infantil de UNICEF en el Estado de Palestina. Unos 200.000 niños necesitan apoyo psicosocial de manera inmediata. Cinco equipos de especialistas en materia psicosocial de emergencia, apoyados por UNICEF, están llegando a los niños heridos y a menores que han perdido a seres queridos, para darles pautas con las que afrontarlo.
 

Escuelas atacadas

Mientras el 44% de Gaza es ahora zona de riesgo, la décima parte de la población -más de 173.000 personas- ha buscado refugio en escuelas dirigidas por Naciones Unidas. Pero ningún lugar en Gaza parece ser ya seguro. La semana pasada una escuela de UNRWA (Agencia de la ONU para los Refugiados de Palestina) fue bombardeada. Murieron 15 personas, incluidos 6 niños. Era la tercera vez que una escuela de Naciones Unidas era objeto de un ataque directo. Hasta ahora, al menos 130 colegios han sido dañados debido a ataques aéreos o bombardeos cercanos. Otra escuela era utilizada por grupos armados palestinos para almacenar cohetes, ignorando la neutralidad de los colegios.
 

Escuelas como refugio

Otras 10.000 personas se han refugiado en escuelas públicas, la mayoría de ellas niños. "Oímos muchos ataques aéreos a nuestro alrededor, algunos cerca y otros lejos, pero la escuela es mejor que mi casa. Siento que si vuelvo a casa moriré", dice Qamar, de 20 años, cuyo nombre significa "luna". Ella huyó de los mortíferos combates de su vecindario antes de refugiarse en la escuela de Hamama, en la ciudad de Gaza, con su familia. "No sé si mis amigos están vivos". UNICEF ha empezado a distribuir kits de higiene para adultos y bebés en las escuelas públicas. Junto con el Programa Mundial de Alimentos, también ha proporcionado a más de 1.300 familias cupones electrónicos con los que pueden comprar comida, agua y productos de higiene en las tiendas locales.
 

Las necesidades humanitarias son urgentes

Mientras tanto, la situación humanitaria continúa deteriorándose. Al menos la mitad de la infraestructura de agua y saneamiento ha dejado de funcionar. Dos tercios de la población carecen ahora de acceso a agua potable. Muchos pozos de agua, la principal estación de bombeo de aguas residuales y la planta de tratamiento de aguas residuales se han visto afectados. En algunas zonas, las aguas residuales fluyen por la calle de los vecindarios y campos, aumentando los peligros para la salud de los niños. Incluso donde se podrían hacer reparaciones urgentes para restablecer algunas de las conexiones, no es posible por la falta de acceso humanitario seguro para los trabajadores municipales; cuatro trabajadores han sido asesinados mientras trabajaban.
 
Mientras comienza la festividad del Eid al-Fitr (fiesta de la ruptura del ayuno) que marca el final del Ramadán, normalmente una época de festines y diversión para los niños, se necesitan treguas y corredores humanitarios prolongados para responder a las urgentes necesidades humanitarias de los niños. Es solo el primer paso del largo proceso de sanación y recuperación que Gaza y sus niños tendrán que experimentar una vez que se logre el alto el fuego.
 
Artículo publicado en elmundo.es el 31/07/2014.