Un pasaporte de humanidad para cada niño
A mi vecino le dan miedo los telediarios. Dice que son malos porque en ellos mueren niños y que él no quiere morirse en un telediario. Tiene 5 años y no es el único que está descontento con las noticias.
Una amiga mía me contó que su hija de 8 años se pone nerviosa cada vez que las noticias narran la penosa situación de los refugiados en Europa: "no quiero verlo, cambia de canal, cambiadecanal, cambiadecanal, cambiadecanal…".
Su hermana mayor, sin embargo, permanece muy tranquila, absorta en sus cosas sin prestar atención hasta que llegan las noticias deportivas "en las que por lo menos alguien gana y está contento". A sus 13 años ya ha aprendido que ignorar algunas situaciones es un modo eficaz de evitar el dolor que producen.
Los niños necesitan ver que hay alternativas
Que ocurra esto es comprensible porque en todo el mundo hay niños y niñas que viven situaciones tan terribles que duelen con sólo mirarlas, especialmente si las ves con ojos infantiles. Los niños que son testigos lejanos del sufrimiento de otros sienten que por sí solos tienen pocas opciones: resignarse al dolor, evitarlo o anestesiarlo. Necesitan la guía de los adultos para darse cuenta de que hay otras alternativas: ayudar a quien tiene problemas, cambiar las injusticias y ser parte de la solución. Pero para descubrir eso necesitan nuestra ayuda.
Como padres y educadores nos enfrentamos a un reto: ¿cómo les ayudamos a reflexionar sobre cuestiones tan importantes como los derechos de los niños refugiados y migrantes sin exponerlos a información o imágenes que pueden dañar su sensibilidad? ¿Cómo logramos que desarrollen su empatía sin que el aluvión de emociones les haga sentir indefensos? ¿Cómo les animamos a ser defensores de los derechos de la infancia sin romper la inocente visión del mundo que creemos que debe definir su propia niñez?
Nuestros hijos y alumnos pueden construir un mundo mejor
Queremos que nuestros hijos y nuestros alumnos, que todos los niños que nos rodean, se conviertan en ciudadanos globales, con todo lo que eso conlleva: críticos, responsables, integrados en el mundo, comprometidos, valientes, promotores del cambio… que consigan aquello que las generaciones anteriores llevamos siglos intentando y no conseguimos. Que construyan un mundo mejor para ellos y sus hijos.
Sin embargo, las personas no nos convertimos de golpe en ciudadanos al cumplir 18 años. La ciudadanía es una competencia clave que hay que trabajar desde la infancia, paso a paso, paralelamente al desarrollo de otros conocimientos, habilidades y valores y, probablemente, durante toda nuestra vida.
Para ayudar a educadores de todos los niveles a afrontar este reto, UNICEF España ha publicado una guía de recursos y actividades para este curso 2016-2017, centrada en migración y refugio. La guía Pasaporte de humanidad ofrece ideas y herramientas para poder abordar en el aula los derechos de los niños y niñas migrantes y refugiados.
Al elaborar esta guía hemos intentado dar respuesta a cuestiones complejas desde un enfoque educativo, con el objetivo de permitir a los docentes abordar este tema de manera que contribuya al aprendizaje en valores, al conocimiento del mundo, al desarrollo de competencias clave y al fortalecimiento de actitudes de ciudadanía responsable y defensa de los derechos humanos.
Pero el objetivo también es otro: que mi vecino de cinco años, las hijas de mi amiga y muchos niños y adolescentes como ellos dejen de sentir miedo, angustia o indiferencia frente a los problemas de otros, ya que saben que hay soluciones y que están aprendiendo a ponerlas en marcha. Esperamos conseguirlo con la ayuda de educadores y familias.
Puedes descargar la guía de curso Pasaporte de humanidad: los derechos de los niños y niñas migrantes y refugiados y sus materiales para el desarrollo de actividades en el aula en: http://www.enredate.org/cas/blog/materiales_educativos_para_el_curso_2016-2017_pasaporte_de_humanidad
Post de Amaya López de Turiso, Educación en Derechos de Infancia