UNICEF: 75 años creciendo con la infancia
Cumplimos 75 años en medio de la peor crisis para la infancia de nuestra historia: la COVID-19 está revirtiendo casi todos los avances que habíamos conseguido.
09/12/2021
Han pasado ya 75 años desde aquel 11 de diciembre de 1946, fecha en la que nace UNICEF con un mandato muy claro: ayudar a todos los niños, niñas y jóvenes cuyas vidas y futuros estaban en riesgo, sin importar quiénes eran ni dónde vivían. En ese momento, la Segunda Guerra Mundial había llegado a su fin, pero las consecuencias eran muy evidentes en muchos países.
Durante más de siete décadas trabajamos incansablemente para salvar, proteger e impulsar los derechos de la infancia, haciendo frente a los desafíos más importantes de nuestra historia, para ayudar a crecer a millones de niños y niñas en todo el mundo.
Sin embargo, esta celebración tiene un sabor agridulce: llega en medio de la peor crisis humanitaria para la infancia, la pandemia se está llevando por delante prácticamente todos los avances que habíamos conseguido. Nuestro informe Evitemos una década perdida: Hay que actuar ya para revertir los efectos de la COVID-19 sobre la infancia y la juventud, revela que la COVID-19 está afectando a niños y niñas a una escala sin precedentes.
100 millones de niños más viven en situación de pobreza
"En un año en el que deberíamos mirar hacia adelante, estamos retrocediendo", advierte Henrietta Fore, nuestra directora ejecutiva. Y es que este informe muestra cómo la COVID-19 está poniendo en peligro décadas de progreso en cuestiones fundamentales para los niños: como la pobreza, la salud, el acceso a la educación, la nutrición, la protección infantil y el bienestar mental. .
Se estima que nada menos que 100 millones de niños más viven en situación de pobreza multidimensional debido a la pandemia, un aumento del 10% desde 2019. Esto equivale aproximadamente a 1,8 niños por segundo desde mediados de marzo de 2020.
Llevará mucho tiempo recuperar el terreno perdido. Se estima que, incluso en el mejor de los casos, tardaremos entre siete y ocho años en recuperarnos y regresar a la situación en materia de pobreza infantil que había antes del COVID.
Otros datos dramáticos que nos deja esta pandemia
- Más de 1.600 millones de estudiantes no pudieron asistir a la escuela debido a los confinamientos decretados en los países. En el primer año de crisis, las escuelas permanecieron cerradas durante casi el 80% del tiempo de enseñanza presencial.
- Los problemas de salud mental afectan a más de un 13% de los adolescentes de 10 a 19 años. En octubre de 2020, la pandemia había interrumpido o suspendido los servicios de salud mental esenciales en el 93% de los países de todo el mundo.
- Antes del final de esta década, pueden producirse hasta 10 millones de matrimonios infantiles más.
- El número de niños sometidos al trabajo infantil ha aumentado hasta alcanzar los 160 millones, lo que supone un aumento de 8,4 millones de niños en los últimos cuatro años. Además, otros 9 millones de niños corren el riesgo de verse obligados a trabajar hasta finales de 2022 como resultado del aumento de la pobreza provocado por la pandemia.
- 1.800 millones de niños y niñas vivían en los 104 países donde se interrumpieron gravemente los servicios de prevención y respuesta a la violencia.
- 50 millones de niños sufren desnutrición aguda, la forma más letal de malnutrición, y esta cifra podría aumentar en 9 millones antes del final de 2022.
Además de la pandemia, el informe advierte de que existen otras amenazas para la infancia que ponen en grave peligro sus derechos. En todo el mundo, casi uno de cada cinco niños vive en zonas donde los conflictos son cada vez más intensos. El 80% de todas las necesidades humanitarias están motivadas por conflictos. Del mismo modo, alrededor de 1.000 millones de niños y niñas (casi la mitad de la población infantil mundial) viven en países extremadamente vulnerables a los efectos del cambio climático.
75 años de resultados a favor de los niños y las niñas
Sin dudas, la COVID-19 está dejando una huella imborrable en nuestro trabajo, pero a lo largo de nuestros 75 años hemos conseguido grandes hitos para la infancia de los que estamos muy orgullosos.
Por ejemplo, si hablamos de vacunación, allá por los años 80 UNICEF se embarcó en una misión muy audaz: vacunar a cada niño y niña contra las enfermedades prevenibles. Para ello, trabajamos junto a los gobiernos poniendo en marcha la mayor movilización logística de la historia en tiempos de paz. Así, a principios de los 90, la inmunización de los niños a nivel mundial alcanzaba el 80%.
También conseguimos logros significativos en otras áreas:
- Más niños y niñas hicieron realidad su derecho a la salud, educación y protección.
- La mortalidad infantil cayó en un 50% desde el año 2000.
- La mortalidad materna y los matrimonios infantiles también disminuyeron.
- Más niñas que nunca van a la escuela.
A nivel mundial, la salud y el bienestar de los niños mejoró considerablemente desde 1946. Junto a nuestros aliados, innovamos para conseguir cambios reales en sus vidas:
- En los años 70 desarrollamos bombas manuales de agua - India Mark II - que aún son las bombas de propulsión humana más utilizadas en todo el mundo.
- A principios de los 80, lanzamos la Revolución de la Supervivencia y el Desarrollo Infantil, para salvar las vidas de millones de niños centrándonos en cuatro medidas de bajo coste: el control del crecimiento, la terapia de rehidratación oral, la promoción de la lactancia materna y la inmunización.
- Después de la aprobación de la Convención sobre los Derechos del Niño, en 1989, UNICEF consiguió unir a las naciones bajo la bandera de los derechos de la infancia y adoptamos un enfoque de derechos que modeló nuestro trabajo. En los 90, desarrollamos la conocida Escuela en una Maleta, que aún hoy continuamos utilizando para que los niños en emergencias puedan seguir con su aprendizaje.
- En el año 2000, despuntamos en el uso del alimento terapéutico listo para usar, el tratamiento para los niños que sufren desnutrición. Y hasta 2019, aumentamos la prevención de la malaria y su tratamiento, con redes tratadas con insecticida y tests rápidos, lo que redujo la mortalidad por malaria en un 60%.
- Una década después, orientamos nuestra labor a atender las situaciones de inequidad en todo el mundo. En 2015, la comunidad internacional comenzó a trabajar en una agenda global de desarrollo con la intención de cumplirla en 2030.
- Y en 2020, con la llegada de la pandemia, jugamos un papel clave en la provisión y suministro de vacunas contra la COVID-19 para que todos los países tengan un acceso equitativo a las mismas (Mecanismo COVAX).
Desde UNICEF reimaginamos el futuro para cada infancia
Para dar respuesta e iniciar la recuperación, y para reimaginar el futuro de cada niño y niña, seguimos pidiendo que se adopten medidas, entre ellas:
- Invertir en protección social, capital humano y gasto público para lograr una recuperación resiliente que incluya a todos.
- Poner fin a la pandemia y revertir el alarmante retroceso que se ha producido en la salud y la nutrición de la infancia, aprovechando, entre otras cosas, el papel fundamental que desempeñamos en la distribución de las vacunas contra la COVID-19.
- Reconstruir el mundo de manera más sólida garantizando una educación de calidad, protección y buena salud mental para cada niño.
- Aumentar la capacidad de resiliencia con el fin de mejorar las labores de prevención y respuesta a las crisis y proteger a la infancia, por ejemplo, estableciendo nuevos enfoques para acabar con las hambrunas, proteger a los niños del cambio climático y reimaginar el gasto que se destina a paliar los desastres.
“En esta era en la que nos enfrentamos a una pandemia mundial, conflictos crecientes y una crisis climática que empeora, es más importante que nunca establecer un enfoque en el que se otorgue prioridad a la infancia”, dice Hentietta Fore.
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