UNICEF muestra su preocupación por el estado de los niños atrapados en Qusayr

UNICEF muestra su preocupación por la seguridad de los civiles en la ciudad asediada de Qusayr, en Siria. Y teme que miles de niños y mujeres puedan quedar atrapados por los combates.

Se han registrado fuertes enfrentamientos enQusayr, una ciudad de 30.000 habitantes cercana a la frontera con Líbano. Entre 12.000 y 20.000 personas, muchas de ellas niños, podrían estar todavía dentro de la ciudad.

En los últimos días, cientos de familias han huido al Líbano y a otras zonas de Siria. UNICEF, otras agencias de la ONU y sus aliados están proporcionando la asistencia humanitaria que necesitan estas personas, como comida, ropa y artículos de higiene a muchos de los desplazados.
 
En Hasiaa, cerca de Homs, UNICEF y sus aliados están apoyando a unas 500 familias . Este apoyo se está extendiendo también a otras 1.144 familias que habían huido anteriormente de Qusayr, donde la violencia se ha intensificado en el último mes.
 
Muchas de las familias huyeron por la noche con pocas pertenencias, o sin nada más que lo puesto. Además de proporcionarropa y kits de higiene, UNICEF y sus aliados también comenzarán a llevar camiones con agua a las zonas que la necesiten con urgencia y mejorará las condiciones de saneamiento en los próximos días.
 
La situación es desesperante. En Hasiaa hace frío por la noche y las lluvias esporádicas hacen que las vidas de los niños y los más débiles se vuelvan especialmente precarias ya que las familias tienen dificultades para encontrar un refugio en la zona. Muchos están hacinados en escuelas, edificios en obras y tiendas de campaña.
 
UNICEF ha instado reiteradamente a todas las partes a cumplir con las obligaciones establecidas por el derecho internacional y respetar la vida de los niños. La violencia brutal continuada en Siria está causando un sufrimiento humano extremo y pérdida de vidas.
 
Desde marzo de 2011, unos 4,25 millones de personas, casi la mitad de ellos niños, han sido desplazados dentro de Siria y 1,5 millones de personas han huido a los países vecinos y necesitan asistencia humanitaria.