Vacunas COVID-19: las llevamos donde más se necesitan
Los equipos de UNICEF están en la primera línea liderando la operación de suministro de vacunas más grande y compleja de la historia, desde la donación de las dosis hasta la distribución en cada país.
21/01/2022
Desde las reuniones de alto nivel donde se prometen las donaciones de las vacunas hasta que llegan a los brazos de las personas al otro lado del mundo, cada vacuna emprende un viaje extraordinario. En UNICEF, que somos un aliado clave en la entrega de las vacunas contra la COVID-19, estamos en el centro de este viaje, liderando la mayor operación de suministro de vacunas de la historia, porque nadie estará a salvo hasta que todos estemos a salvo.
A medida que la pandemia avanza implacable con la amenaza siempre presente de nuevas variantes, el mecanismo COVAX, un acceso rápido, justo y equitativo a las vacunas contra la COVID-19, ha proporcionado un salvavidas para millones de personas en todo el mundo a través de su contribución vital: la donación de dosis de vacunas.
Su objetivo, por tanto, pasa por garantizar que las personas de todos los rincones del mundo, independientemente de sus ingresos, puedan recibir las vacunas contra el coronavirus a medida que estén disponibles. España apoya también este objetivo y ya ha donado 50 millones de dosis al mecanismo COVAX.
Donar dosis de vacunas para alcanzar la equidad
El pasado 16 de enero, UNICEF, a través del mecanismo COVAX, alcanza un nuevo hito en la distribución, entregando a Ruanda la vacuna número 1.000 millones. Pero las tasas de vacunación varían ampliamente según el país: todos menos uno de los 54 países de África han comenzado a vacunar contra la COVID-19, aunque solo nueve de ellos han alcanzado el objetivo de la OMS de vacunar al 40% de su población con la pauta completa al finalizar 2021*.
Una distribución más justa de las vacunas en los países de ingresos bajos y medios es la mejor manera de controlar la pandemia de COVID-19 y detener las variantes mortales que podrían surgir y potencialmente evadir las vacunas.
Ann Ottosen, del Centro de Vacunas de nuestra División de Suministros, lo explica: "la aparición de la variante Òmicron proporciona otro claro recordatorio de lo que está en juego si permitimos que prevalezca la inequidad en la vacunación. No saldremos de la pandemia vacunando país por país. Debemos trabajar juntos para protegernos todos a la vez de la COVID-19".
Las restricciones a la exportación, el nacionalismo de las vacunas, los retrasos en la fabricación y la regulación contribuyeron a principios de 2021 a retrasar las previsiones del mecanismo COVAX en relación a las vacunas. Sin embargo, para dar respuesta a esos contratiempos, los países donantes ayudaron a superar la desigualdad compartiendo sus suministros de vacunas. El intercambio de vacunas representó el 40% de las entregas de COVAX en 2021.
El extraordinario viaje de una vacuna
Para que los aviones cargados de vacunas contra la COVID-19 puedan aterrizar en la pista, una increíble cantidad de trabajo tiene lugar entre bastidores para hacer realidad estos envíos.
"Lo que puede parecer sencillo desde el exterior es en realidad increíblemente complejo. Todo comienza con el compromiso político, pero luego pasamos a los detalles, asegurando la aceptación y la capacidad del país, las aprobaciones de importación y que los acuerdos de indemnización y responsabilidad estén vigentes antes de que se puedan realizar órdenes de compra y gestiones de transporte legalmente vinculantes. Estos procesos suelen tardar varias semanas, pero varían según cada escenario", cuenta Ann Ottosen.
Y las vacunas son solo una parte de esta historia. UNICEF también está enviando jeringas y cajas de seguridad, a la vez que refuerza la capacidad de la cadena de frío para garantizar que las vacunas se almacenan a la temperatura adecuada desde el momento en que salen del fabricante hasta que se utilizan.
Es una operación gigantesca, que requiere que todas las piezas del rompecabezas encajen en su lugar en el momento preciso.
La historia de Bangladesh: "no teníamos vacunas suficientes"
Bangladesh, al igual que muchos países, fue duramente golpeado por la segunda ola de COVID-19. Los casos se dispararon con la llegada de la variante Delta y los hospitales se llenaron superando su capacidad.
"La mayoría de los hospitales estaban asumiendo cargas adicionales de pacientes sin más recursos y el personal tenía que trabajar todo el día. Muchos médicos, enfermeras, trabajadores de la primera línea y sus familias se infectaron de COVID-19 y algunos fallecieron", cuenta el Dr. Zahid Hassan, compañero de UNICEF en Bangladesh.
Esta intensificación de la crisis sanitaria provocó rápidamente una mayor demanda de vacunas contra la COVID-19. Sin embargo, la falta de suministro significó que la campaña nacional de vacunación contra la COVID-19 tuvo que suspenderse entre mayo y junio de 2021.
"Vacunábamos a unas 500 personas al día. Pero de repente, más de 3.500 personas hacían cola cada mañana y no teníamos suficientes dosis. Cuando se suspendió la campaña de vacunación, muchos acudieron al hospital en busca de una vacuna, pero tuvieron que irse con las manos vacías", explica el Dr. Mohammad Daud Ahmed Talukder, médico del Hospital Universitario de Dhaka.
Un nuevo escenario para hacer frente a la pandemia
Las recientes donaciones de numerosos países a través del mecanismo COVAX, junto con grandes cantidades de vacunas aseguradas por el gobierno de Bangladesh en acuerdos bilaterales, ha ayudado al país a entregar más de 132 millones de dosis de vacunas a su población (hasta el 20 de enero de 2022).
"Si bien hay un largo camino por recorrer para alcanzar nuestros objetivos de vacunación, Bangladesh ha pasado de ser un país poco abastecido a tener un suministro de vacunas constante y más predecible en solo unos meses. Ahora, debemos centrarnos en convertir las vacunas en vacunación y fortalecer nuestro sistema de salud para garantizar que los servicios de salud esenciales pueden continuar", asegura el Dr. Hassan.
"La pandemia está lejos de terminar y sabemos que el virus siempre está dos pasos por delante. Todos los países deben trabajar juntos para superar las barreras en toda la cadena de suministro; a través de suministros predecibles como las donaciones de dosis de vacunas, el compromiso político y el apoyo personalizado para superar desafíos específicos", afirma Ann Ottosen..
Este es el despliegue más grande y complejo de una vacuna en la historia. Nunca se ha intentado nada a esta escala, vacunar hasta el 70% de la población mundial en 18 meses. La solidaridad mundial es necesaria ahora, más que nunca.
*Datos según la tabla de información sobre el mercado de las vacunas COVID-19.