Millones de niños
viven en emergenciasEllos no se rinden, nosotros tampoco.
Ayuda para los niños en emergencias en 2024
"Estaba jugando por la noche con mi hermano dentro de casa, de repente oímos una voz fuerte y la casa tembló, y todo empezó a volar a nuestro alrededor". Quien habla es Karim, el niño de la imagen, de tan solo 5 años. Lo vemos mirando por la ventana de su casa, parcialmente destruida por un bombardeo aéreo en la ciudad de Rafah, debido a las continuas hostilidades en la Franja de Gaza.
La gran incertidumbre y volatilidad de las emergencias actuales, en las que los conflictos y la violencia pueden estallar de la noche a la mañana, como ha ocurrido en Oriente próximo en los últimos meses y en las que las catástrofes, debido al cambio climático, pueden golpear en cualquier momento están devastando las vidas de los niños y las niñas en todo el mundo. En situaciones de emergencia son el grupo más vulnerable y sus derechos se violan sistemáticamente; y se enfrentan a los mayores riesgos de violencia, explotación, enfermedad y abandono.
Nuestro objetivo para la infancia en emergencias
En nuestro informe Acción Humanitaria para la Infancia 2024 (PDF en inglés) lanzamos un llamamiento de 9.300 millones de dólares (unos 8.635 millones de euros) para atender las necesidades humanitarias de niñas y niños en los contextos más difíciles en todo el mundo.
En 2024 nuestro objetivo es atender las necesidades urgentes de más de 93,7 millones de niños (de los cuales 50 millones son niñas y 9,3 millones tienen alguna discapacidad) en 155 países y territorios.
Es nuestro deber, y el de toda la comunidad internacional, salvar y proteger a estos niños y niñas, porque cada uno de ellos, independientemente de dónde se encuentre, tiene el derecho a la supervivencia y a crecer en un entorno seguro.
Nos enfrentamos a graves emergencias:
En todo el mundo, los niños y niñas se enfrentan a crisis catastróficas como nunca antes había ocurrido. Desde olas de calor abrasadoras hasta una crisis mundial de hambre, pasando por cifras récord de desplazamiento y conflictos, las necesidades de los niños y sus familias nunca han sido tantas en número y magnitud.
África oriental:
Sudán: el conflicto en Sudán ha dejado a casi 25 millones de personas con necesidad de ayuda humanitaria, entre ellas cerca de 14 millones de niños. Además de la asombrosa cifra de 6 millones de personas desplazadas, de las cuales más de 1 millón cruzaron las fronteras en busca de seguridad.
Más de 3 millones de niños se han desplazado, lo que convierte a Sudán en el hogar de la mayor crisis de desplazamiento infantil del mundo. El país ya tenía 3,7 millones de desplazados internos antes de la crisis desatada desde abril de 2023. El país también acoge a cerca de 1 millón de refugiados.
Etiopía: Etiopía sigue enfrentándose a múltiples crisis humanitarias complejas y prolongadas debido al conflicto armado y la violencia entre comunidades, los riesgos climáticos, los brotes de enfermedades, la inseguridad alimentaria aguda y la elevada inflación, todo lo cual contribuye a los desplazamientos de población a gran escala.
A ello se suman las limitaciones de acceso a la ayuda humanitaria, la suspensión de la ayuda alimentaria y la importante afluencia de nuevos refugiados. En total, más de 20 millones de etíopes necesitan ayuda humanitaria urgente, entre ellos 15,4 millones de mujeres y niños, casi 4,4 millones de desplazados, 1,8 millones de niños discapacitados y 117.000 nuevos refugiados.
África Occidental
Crisis del Sahel: Los efectos indirectos de la crisis actual en los países del Sahel central (Burkina Faso, Mali y Níger) se han convertido en una amenaza permanente para las comunidades septentrionales de Benín, Costa de Marfil, Ghana y Togo. Entre enero de 2021 y octubre de 2023, se registraron 882 incidentes de seguridad en las regiones septentrionales de estos cuatro países costeros, incluido el uso incipiente de artefactos explosivos improvisados.
Esta situación está provocando progresivamente más restricciones en los servicios sociales y los mercados; también está causando una reducción de algunas actividades económicas, generando a su vez movimientos de población internos y transfronterizos. En estos cuatro países costeros, el número de desplazados internos, retornados y refugiados se estima actualmente en 123.000, de los cuales 36.000 son niños. Estas cifras podrían aumentar dada la dinámica política y de conflicto en Burkina Faso, Malí y Níger.
Sur de Asia:
Afganistán: en Afganistán, 23,3 millones de personas necesitan ayuda humanitaria, de las cuales 12,6 millones son niños. Las mujeres y las niñas siguen sufriendo lo peor de la crisis debido a las restricciones a la educación, la circulación, el empleo y el acceso a los servicios públicos.
El impacto de estas restricciones en las mujeres y las niñas es evidente, ya que las pruebas muestran un empeoramiento de las condiciones en los hogares encabezados por mujeres. Además, las restricciones y exclusiones refuerzan las desigualdades de género preexistentes y aumentan los problemas de protección, dando lugar a un ciclo de necesidades crecientes entre las mujeres y las niñas.
Pakistán: Pakistán se enfrenta a una multitud de retos que llevan a unas condiciones extremadamente difíciles para los niños y las familias del país. El país es muy susceptible al cambio climático, lo que lo convierte en una de las naciones más propensas a desastres en todo el mundo. Los efectos del cambio climático se han intensificado con frecuentes inundaciones y fenómenos meteorológicos extremos, y las poblaciones vulnerables son las más afectadas.
En 2022, unas inundaciones catastróficas asolaron el país, afectando a 33 millones de personas, la mitad de las cuales eran niños. Un año después, muchos de los distritos más afectados siguen entre las zonas más vulnerables del país, y la población tiene un acceso limitado a los servicios esenciales. A pesar de los amplios esfuerzos de respuesta humanitaria, 26,6 millones de personas necesitan ayuda humanitaria
Oriente Medio:
Estado de Palestina: se calcula que hay 3,1 millones de personas que necesitan ayuda humanitaria en el Estado de Palestina, 2,2 millones de ellas en la Franja de Gaza y 900.000 en Cisjordania. La escalada del conflicto que comenzó en la Franja de Gaza el 7 de octubre de 2023 agrava la prolongada crisis de protección que allí se vive.
La escalada ha causado graves consecuencias humanitarias, como la muerte de miles de niños y mujeres y 160 nacimientos diarios en condiciones precarias. Además, 1,8 millones de desplazados internos -más del 80% de la población de la Franja de Gaza- se enfrentan a una situación humanitaria cada vez más grave, con un acceso muy limitado a necesidades básicas como agua, electricidad y servicios sanitarios.
América Latina y Caribe:
Haití: los haitianos se enfrentan a algunas de las peores violaciones de los derechos humanos que se hayan visto en la historia reciente del país. El resultado son necesidades humanitarias crónicas y agudas, incluidos niveles sin precedentes de violencia de género. Persisten la agitación política prolongada, los brotes de enfermedades, las catástrofes y la escalada de la violencia armada, por lo que 3 millones de niños necesitan ayuda humanitaria. Al menos 200.000 personas están desplazadas internamente, y esto incluye a muchos niños no acompañados que están expuestos a abusos, explotación y violencia.
Aproximadamente 3,4 millones de personas necesitan agua y saneamiento, más de 1,2 millones de mujeres y niños necesitan servicios de protección de emergencia, más de 100.000 niños menores de 5 años necesitan tratamiento para la emaciación severa, y 1,9 millones de niños necesitarán acceso a la educación en 2024.
Europa:
Ucrania: La guerra en Ucrania sigue devastando las vidas de niños y familias. En toda Ucrania, 4,6 millones de personas han regresado al país, mientras que más de 3,7 millones siguen desplazadas internamente. Casi 6 millones de refugiados están acogidos en toda Europa, el 88% de ellos mujeres y niños; 5 millones de personas han solicitado sistemas nacionales de protección. La salud mental de los niños, su aprendizaje y el acceso a los servicios (como sanidad, agua, electricidad y calefacción) siguen viéndose afectados. Muchos niños siguen expuestos al riesgo de enfermedad, separación de sus familias y violencia (incluida la violencia de género).