Emergencia en Afganistán
13 millones de niños y niñas
necesitan ayuda.
Afganistán es uno de los peores lugares del mundo para ser niño, especialmente para las niñas. Se sitúa en la posición 180 de 191 pasíes según el Índice de Desarrollo Humano. El país lleva años sumido en la inestabilidad política, situaciones de conflicto, o el deterioro de la economía, que deja altas tasas de pobreza y enfermedades. A esto se unen los desastres naturales, recurrentes en el país, tales como el terremoto del pasado 22 de junio, y ahora también, la llegada del invierno, que deja a la población en situación de mucha vulnerabilidad.
¿Qué está pasando en el país?
Afganistán sigue siendo escenario de una de las mayores crisis humanitarias del mundo, con más de 29 millones de personas necesitadas de ayuda humanitaria, de los cuales 12,9 millones son niños. Décadas de conflicto, desastres climáticos extremos y un grave declive económico caracterizado por una elevada tasa de desempleo, escasez de efectivo y aumento de los precios de los alimentos han sumido a millones de personas en la pobreza. Aunque la respuesta humanitaria ha evitado una catástrofe, la situación no ha mejorado y algunos sectores, como el de agua, saneamiento e higiene, han empeorado. La sequía y las crisis económicas continúan siendo los principales impulsores de las necesidades humanitarias.
Desde la llegada al poder por los talibanes en agosto de 2021, las mujeres y las niñas han sufrido una serie de medidas restrictivas que limitan las libertades básicas y las oportunidades de obtener ingresos, crean barreras para acceder a los servicios y las excluyen de la educación secundaria y superior. En 2023, la situación se deterioró aún más al prohibirse a las afganas trabajar en ONG internacionales y nacionales y para organismos de las Naciones Unidas. Esta eliminación sistemática de mujeres y niñas de la vida pública tendrá efectos devastadores en Afganistán y en la infancia afgana, y afectará a las generaciones venideras.
Afganistán ocupa el quinto lugar entre los países con mayor riesgo climático del mundo, con una tasa de calentamiento superior a la media mundial. Las inundaciones, sequías y otros peligros naturales están muy extendidos y, junto con un entorno operativo complejo y una grave falta de financiación, no puede excluirse la posibilidad de hambrunas.
Como consecuencia del último seismo en 2023, más de 1.000 personas, en su mayoría mujeres y niños, perdieron la vida en los terremotos; 21.000 viviendas quedaron destruidas e innumerables familias perdieron sus medios de subsistencia, su ganado y sus cosechas.
Meses después desde que la tierra temblara en Afganistán, UNICEF sigue respondiendo a la emergencia sin descanso y apoyando a niños, niñas y familias con apoyo médico y nutricional, espacios temporales de aprendizaje y rehabilitación de escuelas, distribuyendo agua potable o facilitando transferencias en efectivo a las familias.
Grave crisis humanitaria en el país
Los servicios esenciales están al borde del colapso en Afganistán, como consecuencia de la situación política, socioeconómica y las recientes catástrofes naturales; los niños, niñas y familias de Afganistán necesitan ayuda ya.
Salud y nutrición
La situación sanitaria y nutricional es trágica, con más de 13 millones de personas sin acceso a la atención sanitaria básica. Además, la precariedad de las instalaciones y la privación política podrían provocar una reducción del número de personas, especialmente mujeres, niñas y niños, que acceden a los servicios sanitarios y nutricionales. Cualquier interrupción de los servicios sanitarios tendrá consecuencias nefastas para las poblaciones que ya se encuentran en situación de alto riesgo.
Las necesidades en materia de agua, saneamiento e higiene se mantienen en niveles sin precedentes, con la mitad de la población sin acceso a agua potable y una cuarta parte sin acceso a letrinas. La prohibición de que el personal humanitario esté formado por mujeres plantea importantes retos en la prestación de servicios críticos de agua e higiene, especialmente en la promoción de la higiene.
El riesgo de diarrea aguda y cólera está aumentando significativamente, y la promoción de la higiene sigue siendo una actividad clave para combatir la propagación de enfermedades transmisibles y reducir la mortalidad, especialmente entre la infancia.
Educación y alfabetización
La llegada del gobierno talibán en 2021 afectó significativamente al sistema educativo y al derecho a la educación de los niños, niñas (especialmente estas) y jóvenes. Desde el 23 de marzo de 2022, 1,1 millones de niñas de la enseñanza secundaria no pueden asistir a la escuela secundaria hasta nuevo aviso.
Además, millones de niños y niñas necesitan apoyo educativo y 1 de cada 3 hogares declara tener al menos un niño o niña sin escolarizar.
Protección de la Infancia
Las restricciones impuestas a las trabajadoras humanitarias por el Gobierno Talibán influyen en la protección de mujeres y niñas; que son ahora más vulnerables.
22 millones de personas necesitan servicios de protección, especialmente servicios especializados. La precaria situación de las economías familiares obliga a miles de niños y niñas a trabajar.
La crisis actual y la incertidumbre de las mujeres para ejercer sus derechos, crean un entorno propicio para el aumento de la violencia de género, que ya afecta al 46% de las mujeres afganas.
Respuesta de UNICEF
UNICEF lleva 65 años en Afganistán y nuestros equipos continúan allí para salvar, proteger e impulsar las vidas de los niños y niñas. No les dejaremos solos, ni abandonaremos el país. Estamos presentes en el país con 13 oficinas operativas, lo que nos permite llegar a cada rincón.
Los años de experiencia en el país nos han permitido establecer redes y generar confianza entre la población, por lo que podemos responder de forma ágil y efectiva a las situaciones humanitarias que se suceden. Las necesidades de los niños afganos vulnerables y sus familias no tienen precedentes.
Nuestra prioridad en estos momentos es lograr distribuir la ayuda humanitaria en los lugares más remotos y entre los niños y niñas que más lo necesitan. Para ello, negociamos con todas las partes del conflicto.
Es fundamental dar acceso a las familias a servicios básicos de calidad, como agua y saneamiento, salud, nutrición, educación y servicios de protección de la infancia, incluida la protección de los derechos de las mujeres y las niñas. Hemos llegado a 4 millones de personas con ayuda humanitaria, pero queremos llegar a más:
- Agua, saneamiento e higiene: trabajamos para distribuir agua de calidad a más de 11.500.000 personas, incluidas las familias desplazadas.
- Nutrición: Distribuimos alimento terapeútico y suplementos alimenticios para tratar a niños y niñas con desnutrición aguda.
- Salud: Trabamos para facilitar servicios esenciales de salud a 15 millones de personas; apoyando el trabajo en centros de salud y a las brigadas móviles de salud. Impulsamos una campaña de vacunación contra el sarampión en todo el país, para llegar a más de 10 millones de niños y niñas.
- Educación: Apoyamos el acceso a la escuela y material escolar a 7 millones de niños y niñas, especialmetne a los desplazados internos.
- Protección: Apoyamos servicios de salud mental y apoyo psicológico, acciones de prevención y mitigación de los riesgos de violencia sexual y de género, transferencias de efectivo, educación sobre el riesgo de explosivos y municiones y prevención del reclutamiento.
- Adolescentes/jóvenes: Impulsamos espacios seguros para mujeres y niñas que les permitan desarrollar actividades y asociaciones con con organizaciones de la sociedad civil.
Los niños y niñas de Afganistán sufren las consecuencias de la violencia, la desnutrición y la falta de oportunidades. Desde UNICEF necesitamos todo el apoyo posible para acompañarles y protegerles.
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Los niños de Afganistán nos necesitan.
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