1.000 días para no celebrar
Son los días que llevan las niñas y adolescentes de Afganistán sin poder ir a la escuela.
Hace tan solo unos días, Zainab* de 16 años, estudiaba inglés en su casa en Afganistán. Lamenta los 3 años que lleva fuera de la escuela, porque afirma que es la llave para cumplir todos sus sueños. © UNICEF/UNI590562/Meerzad
13/06/2024
“Hoy se cumple un hito triste que debería hacernos reflexionar: hace 1.000 días que se prohibió oficialmente a las niñas afganas asistir a la escuela secundaria", recuerda nuestra directora Catherine Russell.
Efectivamente, en septiembre de 2021 se privó a las niñas de Afganistán de su derecho a aprender, negándoles el acceso a la educación secundaria y, posteriormente en diciembre de 2022, la prohibición se extendió a las universidades.
Esta medida dejó a miles de niñas y adolescentes sin la posibilidad de estudiar, como a Zainab*, de 16 años, que se siente devastada por la situación, porque sabe que la educación es la única llave para cumplir todos sus sueños y lleva ya 3 años sin poder ir a clase.
1.000 días sin ir a la escuela equivalen a 3.000 millones de horas de aprendizaje perdidas.
Estamos ante una violación manifiesta del derecho a la educación, que afecta ya a 1,5 millones de niñas. "Los derechos de la infancia –especialmente los de las niñas– no pueden ser rehenes de la política", advierte Russell.
Consecuencias para las niñas
Esta exclusión sistemática también se lleva por delante oportunidades de futuro y afecta negativamente la salud mental de las niñas. No solo la interrupción en el aprendizaje está en juego, peligran sus vidas, sus esperanzas y sus sueños.
"A veces lloro cuando veo mis libros y me doy cuenta de cuánto echo de menos ir a la escuela y estar con mis amigos y profesores", cuenta Zainab.
La escuela también protege a las niñas del matrimonio precoz, la desnutrición y otros problemas de salud, y las hace más resilientes frente a desastres como las inundaciones, las sequías y los terremotos que a menudo azotan este país.
Zainab conoce esta realidad de primera mano, sabe que algunas niñas de su escuela se han casado porque no creían en la posibilidad de salir adelante. Ella las anima aunque es difícil: "les ruego que no abandonen, la esperanza es la única forma de sobrevivir"".
UNICEF: todo para mantener a las niñas en la escuela
Todo esto no hace más que agravar la crisis humanitaria que atraviesa Afganistán, con fuertes repercusiones para la economía y la trayectoria de desarrollo del país.
Desde UNICEF estamos trabajando sin descanso para ayudar a la infancia en Afganistán, y las niñas y jóvenes como Zainab son una prioridad en nuestra labor.
Para ello:
- Facilitamos el acceso a la educación primaria a 2,7 millones de niños y niñas.
- Pusimos en marcha programas de educación comunitaria para 600.000 niños, de los que dos terceras partes son niñas.
- Dimos formación a los maestros para mantener en funcionamiento la infraestructura educativa.
Pero aún queda mucho por hacer. Coincidiendo con este trágico aniversario, desde UNICEF pedimos a las autoridades de facto que permitan que todos los niños y niñas vuelvan de inmediato a la escuela.
UNICEF: más allá de la educación
Llevamos décadas trabajando en Afganistán, tenemos oficinas en el país y, a lo largo de tantos años, una gran experiencia acumulada que nos permite llegar a los rincones más remotos con la ayuda que los niños y niñas necesitan.
La situación humanitaria es compleja, actualmente 29 millones de personas necesitan ayuda humanitaria, casi 13 millones son niños y niñas. Nuestra presencia, acompañada del compromiso de nuestros socios y donantes son clave para conseguir cambios reales para la infancia afgana.
En 2023 hicimos frente a enormes retos con grandes resultados en el país:
- Más de 20 millones de personas pudieron acceder a servicios de atención primaria de la salud, un millón de ellas en zonas de difícil acceso, gracias a los equipos móviles de UNICEF.
- 2,1 millones de personas tuvieron acceso a agua potable y 1,1 millones, a servicios de saneamiento.
- 1,4 millones de niños y niñas se vacunaron contra el sarampión.
- 715.000 niños y niñas gravemente desnutridos recibieron tratamiento hospitalario.
- 170.000 familias vulnerables fueron atendidas por servicios sociales, y 86.000 recibieron dinero en efectivo para cubrir sus necesidades durante el invierno.
Hacemos un llamamiento a la comunidad internacional para que mantenga su compromiso. ¡Debemos seguir apoyando a estas niñas que nos necesitan más que nunca! Ningún país puede progresar cuando la mitad de la población se está quedando atrás.
*Nombre cambiado para proteger su identidad.