Ucrania: los niños solo sueñan con la paz
Dos años después de tanta violencia, los niños y las niñas necesitan oportunidades para salir adelante.
Alina tiene 12 años y, como millones de niños y niñas en Ucrania, vive con miedo e incertidumbre. Ha sobrevivido a los bombardeos, ha perdido a su hermano mayor y ahora sueña con ayudar a los demás. Está decidida a estudiar y convertirse en psicóloga. © UNICEF/UNI592157/Filippov
17/06/2024
La guerra no solo les ha cambiado la vida, también se ha llevado por delante sus sueños. Desde que la violencia recrudeció, los niños y las niñas de Ucrania solo sueñan con la PAZ.
Les gustaría poder ir a la escuela más que a unas vacaciones de verano, no piensan en viajar sino en poder regresar a sus hogares, y más que unos juguetes quieren seguridad o simplemente un futuro mejor.
Ya no buscan sus héroes en los cómics o en las películas, sus nuevos héroes son personas de la vida real: médicos, psicólogos, activistas, policías y profesores. En definitiva, quienes les apoyan y protegen en medio del caos y el dolor de la guerra.
Millones de niños y niñas viven con miedo en Ucrania, como Alina, esta niña de 12 años que pasó largas noches asustada por el ruido de los bombardeos, mientras veía como las calles de su barrio se llenaban de vehículos militares.
En esos momentos tan difíciles de recordar, Alina cogía las manos de sus hermanos e intentaba calmarlos: "todo saldrá bien, no lo dudéis", les repetía.
Dos víctimas infantiles al día
Estremece el dato. Desde que comenzó la guerra en Ucrania hace más de dos años, casi 2000 niños y niñas han muerto o resultado heridos. Una media de dos víctimas infantiles al día. Y probablemente la cifra sea aún mayor, aunque no se haya podido verificar.
Los niños y niñas no deciden las guerras, pero pagan un precio muy alto cuando les toca vivirlas.
Además de los daños físicos, los efectos sobre su salud mental son incalculables. La mitad de los adolescentes dicen tener problemas para dormir, 1 de cada 5 tiene pensamientos y recuerdos intrusivos.
Y todo esto bajo la tierra, en estaciones de tren o en sótanos que hacen de refugios para protegerse de tanta violencia.
"Cada ataque retrasa los esfuerzos de recuperación y reconstrucción, prolongando el deterioro en la calidad de vida de los niños y las niñas. Me preocupa ver que sigue habiendo ataques en todo el país que destruyen escuelas, instalaciones sanitarias y edificios residenciales. Ningún lugar es seguro para los niños", lamenta Regina De Dominicis, nuestra directora regional, tras visitar el país.
Alina quiere ser psicóloga para ayudar a los demás
En medio de la guerra, Alina descubrió su vocación: de mayor le gustaría ser psicóloga para ayudar a los demás a gestionar su dolor. Ya lo ha puesto en práctica con sus hermanos, a quienes apoyó en los momentos más duros abrazándolos y animándolos. Su madre cuenta que para ayudarles a olvidar la guerra, Alina inventaba juegos que entretenían a los más pequeños.
Posiblemente, conocer a Victoriia, psicóloga de uno de nuestros equipos móviles, ayudó a delinear su futuro. ¡Su heroína de la vida real! Con ella Alina y su familia pudieron participar en actividades para trabajar las emociones, sesiones en las que los niños y las niñas entran en contacto con chicos de la misma edad a los que habitualmente no tienen acceso por la ausencia de clases presenciales en las escuelas. Así juegan, se divierten y pasan tiempo juntos.
Sin educación no hay recuperación
Primero por el COVID-19 y ahora por la guerra, la escolarización de los niños y las niñas ucranianos lleva más de cuatro años con serias interrupciones. Paradójicamente, es el mismo tiempo que dura toda la educación primaria en Ucrania.
Alrededor de cuatro millones de niños de todo el país siguen con acceso limitado a la educación y aproximadamente 600.000 escolares no pueden acceder en absoluto a la escuela presencial.
Los últimos datos disponibles muestran que los niños y niñas ucranianos llevan un retraso de dos años en lectura, un año en matemáticas y medio año en ciencias. Con la persistencia de las hostilidades desde entonces, esa brecha no ha hecho más que aumentar.
Más de uno de cada diez centros de enseñanza han resultado dañados y más de uno de cada cinco han tenido que cerrar por falta de acceso a los refugios antiaéreos.
¡Pero esta inmensa pérdida puede recuperarse! Con el compromiso de todos, estos niños, niñas y jóvenes merecen ver la luz, merecen la oportunidad de un futuro mejor. Ellos no pierden la esperanza.
En UNICEF no paramos por los niños de Ucrania
Trabajamos en toda Ucrania para rehabilitar escuelas y refugios y proporcionar a los niños y niñas los materiales necesarios para continuar con el aprendizaje en casa, a la vez que el apoyo para estudiar online.
Gracias al enorme compromiso de nuestros socios y donantes, el año pasado conseguimos que:
- 1,3 millones de niños y niñas tuvieran la oportunidad de incorporarse a la educación formal e informal.
- 2,5 millones de niños, niñas y sus cuidadores accedieran a servicios de salud mental y apoyo psicosocial.
Seguimos pidiendo un alto el fuego inmediato en Ucrania y que se proteja a todos los niños y niñas frente a cualquier daño. Esto incluye poner fin al uso brutal de armas explosivas en zonas pobladas y a los ataques contra instalaciones e infraestructuras civiles que perjudican desproporcionadamente a los niños y las niñas.
Los niños y niñas ucranianos necesitan urgentemente seguridad, estabilidad, acceso a una educación de calidad, servicios que ofrezcan protección a la infancia y apoyo psicosocial, fundamental para superar los traumas vividos.
“La guerra en Ucrania está destruyendo el mayor recurso del país: su gente. Sin un aumento de la financiación, los niños y los jóvenes no podrán acceder a la escuela y a las oportunidades de formación que tanto necesitan, algo fundamental para su recuperación". ¡No los vamos a dejar solos!
Emergencia Ucrania.
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